Raúl López Gómez/Cosmovisión
México y la polarización
Los hechos sin precedente alguno en la política nacional, con el triunfo electoral por la presidencia del país de Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, ha servido de una reducción de presión al problema que arrojaron los más de noventa años de poder priista y sus aliados, que llegó a su fin ante el hartazgo de más de treinta millones de mexicanos, a lo que se pretendieron subir al movimiento algunos famosos oportunistas, que así como solitos llegaron, solitos se fueron,
A nadie le extraña, que la oferta política de AMLO, ha sido de grandes y acertados resultados al dar cuenta de la necesaria reducción de la enorme brecha entre ricos y pobres, estos últimos que estoicos recibieron los embates del poder por muchos años y aguantaron hasta el cansancio, pero el 1 de julio de 2018, vino el pase de las muchas facturas a quienes se sintieron prepotentes a más no poder.
Con el fin de un ciclo, comenzó otro, pero en la realidad, los que se niegan a dar paso a la Cuarta Transformación del país, es porque andan nerviosos y recelosos a que los pobres por primera vez después de la revolución de 1910, se les esté haciendo justicia, luego de muchos años de que se perdió el rumbo de la justicia social.
Las banderas de López Obrador, son legítimas abonar a los pobres, a los ancianos y a los jóvenes, a atender la demanda energética, reordenar a la industria petrolera, la salud, la educación, el campo y la seguridad, entre los diversos rubros que recibió agonizantes por el nivel de corrupción, impunidad y abusos de poder, entre otras situaciones negativas.
Pero lo más extraño de todo, es que los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, rompan la regla de oro de no meterse en política, después de haber ocupado el más alto cargo de la política de este país, mientras el “atoloachado” expresidente Enrique Peña Nieto, le llegó el segundo aire con una nueva novia, que lo trae arrastrando la cobija, pero ocupado en esos menesteres, no da problemas.
Los que han estado buscando a toda costa polarizar al país en una guerra de ricos y pobres, están confundiendo el rumbo, y quizás están haciendo más daño al país, por lo que no alcanzan a distinguir las consecuencias y por lo mismo, no las estén vislumbrando.
Hace falta, que el presidente AMLO, de una vez por todas integre una comisión de la verdad, del manejo corrupto de los expresidentes y se les consigne o libere, del peso de la presunta responsabilidad se salga de dudas y de delitos, más los abusos de poder que se cometieron en sus mandatos.
A cada presidente, los expertos periodistas de este país, les han dedicado algunos libros sobre sus mandatos abusivos y en donde el ultimo ha sido el que le dedican a Vicente Fox en una profunda investigación periodística, que lo ponen como un personaje de muy mala calaña, que hizo negocios a la sombra del poder y en lo oscurito, en donde se dice que hasta recibió de regalos –violando la ley— acciones y hasta empresas que ahora son parte del emporio familiar, recordándose que cuando llegó a la presidencia “quebrado” hasta debía la cantada, como aquel personaje de la era del rock de la “llamarada”.
Los gritos y sombrerazos son entonces por el temor a la justicia que pronto, seguramente les llegará y se dice que es necesario para que el país comience en definitiva una nueva era.
Por eso, no es raro que los que se hicieron ricos al amparo del poder en aquellos gobiernos, ahora hasta lloran y andan haciéndole al “tío lolo” de que están en contra de AMLO, porque es algo que se conoce, como curarse en salud, al tiempo. Así las cosas.