José Ureña/Teléfono rojo
Veracruz en el arte de gobernar
Poco a poco el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, va tomando su ruta y sale adelante a los feroces ataques mediáticos y de grupos, que se resisten a aceptar el cambio de régimen, pero sobre todo de partido político.
En la entidad más politizada del país, como lo es Veracruz, se requieren de audaces personajes que otrora se dieron a la tarea de gobernar al más viejo estilo priista de la dadiva a los líderes políticos y de los grupos, que hasta tenían que esperar largas horas en las frías noches jalapeñas para ser atendidos por los hombres del poder.
Desde los gobiernos de don Fernando López Arias, don Rafael Murillo Vidal, con personajes de la talla de Francisco Berlín Valenzuela, Manuel Carbonell de la Hoz y don Angel Alvaro Peña, don Rafael Hernández Ochoa, el famoso José Miranda Virgen, don Fernando Gutiérrez Barrios con Dante Delgado, Alfredo Algarín Vega y Francisco King Hernández, y don Miguel Alemán Velasco, con Flavino Ríos y Alejandro Montano, hasta que después comenzó la caída con Fidel Herrera y Javier Duarte, por el cumplimiento de los ciclos, muy agotados.
Cada parte de los gobiernos estatales han tenido su sello propio y todas estas etapas tienen sus crónicas de historia de las formas de gobernar.
El cuatrienio de Dante Delgado, dejó un sello propio de obra pública y de gobernar de la mano de personajes de experiencia de la talla del abogado Luis Feijoo Herrera. El político alvaradeño, con algunos tropezones, logró siempre corregir sobre la marcha.
En el mandato de Patricio Chirinos, se dejó ver el espíritu visceral de este personaje que respaldó Carlos Salinas, y por lo mismo llegó a sentirse un emperador en tierras veracruzanas, hasta con su dudosa procedencia de no ser de estos lares.
Los dos años de Miguel Angel Yunes, poco tiempo para enderezar el colapso financiero de Javier Duarte, a quien se le ocurrió crear el mini-gobierno, porque se sabía o ya se presentía de una derrota anunciada.
En cada gobierno estatal, se recuerda el sello propio de gobernar de los personajes del poder, sin dejar pasar aquel mandato de don Agustín Acosta Lagunes, en donde los primeros años tuvo como secretario general de gobierno a Ignacio Morales Lechuga, quien impuso un modelo propio de legalidad y de mucho trabajo político para los acuerdos, en aquellos tiempos en donde el dos de palacio tenía que despachar hasta altas horas de la madrugada para apaciguar y calmar a todos los grupos políticos.
Nacho Morales, sufrió de amenazas y de varios intentos de quitarlo del camino, pero el político oriundo de Poza Rica, se consolidó siendo muy joven en todo un experto en seguridad y de expertos en la praxis política con destacados abogados, por lo que con un excelente equipo de colaboradores salió adelante, hasta que el gobernador Acosta Lagunes, sucumbió al ego y luego de retornar de unos meses de un problema de salud, se distanció con el licenciado Morales Lechuga, quien se inmediato le puso le renuncia que le fue aceptada, para pasar a ser el primer titular del consejo nacional de seguridad pública en tiempos de Miguel de la Madrid.
Con los años, el estado de Veracruz, desde los años cincuentas, hasta la presente época, nunca ha dejado de estar en el mapa nacional de los escenarios de conflictos de problemas, pero sobre todo de los relevantes tiempos políticos de los acuerdos,
En todas estas épocas, no hay que olvidar que los titulares de las oficinas de prensa, después comunicación social era operada. por personajes de relevancia y excelente talante, además de mucho prestigio.
Desde, Cecilio García Cruz, con don Agustín Acosta Lagunes, Orlando García, Toño Nemi y Nacho Oropeza con Dante Delgado, Edgar Hernández con don Fernando Gutiérrez Barrios, Raúl Peimbert con don Miguel Alemán Velasco y otros personajes que escapan a la memoria, pero que se les reconoció por su excelente labor en la materia de auténticos comunicadores en el cargo.
Lo destacable, es que gobernar el estado más politizado del país, requiere de un doctorado de experiencia y de talento, por eso en algunos casos en varias épocas las cosas se han complicado como algo natural. Aquí hay que destacar, que el periodista José Pablo Robles Martínez, desde los años sesentas, ha sido un referente obligado para la gran mayoría de los gobernadores veracruzanos. Ahora lo es también para el presidente AMLO, después de muchos años de tener una pluma fina, que también ha sido a veces rigurosa, sin dejar la objetividad.
Al final del mandato de AAL, se solicitó desde el Congreso de la Unión, la desaparición de los poderes estatales a causa de múltiples problemáticas, al final el político de Paso de Ovejas, cumplió teniendo como secretario de gobierno a Felipe Amadeo Flores Espinosa, y se fue sin decir adiós y llegó el político leyenda FGB, a meter orden.
En el momento actual, con un nuevo gobierno y un nuevo partido político, en Veracruz, los conflictos se están atendiendo, y en lo general los primeros siete meses de este mandato, muy criticado, se puede decir, que va tomando su rumbo en una entidad muy complicada para gobernar, pero que se está llevando de la mano por el propio presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, que es de origen veracruzano. Lo demuestran sus siete visitas a una por mes.
Decía IML, que Veracruz no se puede gobernar a periódicazos, “con lo que sólo se matan moscas y cucarachas”, por eso no es nuevo, que el manejo mediático pretenda incidir en el arte de gobernar, pero por eso se quiere de los buenos oficios de un buen jefe de prensa.
En el estado de Veracruz, en el momento actual los siete primeros meses han sido buenos o regulares, aunque ruidosos. La gobernabilidad va, y se espera según los pronósticos que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, siga gobernando en un mar proceloso, lleno de tiburones, con mano suave, pero muy firme al estilo de los grandes que no sucumbieron a las crisis políticas y mediáticas, pero que tampoco fueron ajenos: el secretario de gobierno Eric Patrocinio Cisneros Burgos está cumpliendo, así como el titular de la SEV, Zenyazen Escobar, con misión cumplida en sus respetivas áreas, siempre complicadas, pero a la vista los buenos resultados de ambos.
En todo este tiempo, no se puede dejar pasar a un hombre que dejó escuela en el arte de gobernar en Veracruz, a don Manuel Carbonell de la Hoz, un personaje que hizo escuela, trabajando las 24 horas como poderoso subsecretario de gobierno, y al final a punto de ser gobernador, no pudo librarse de las grandes intrigas que le impidieron cumplir su sueño, pero es uno de los más políticos más recordados por su estilo de ejercer el poder, al igual que Ignacio Morales Lechuga, ambos dejaron escuela y muchos amigos. Así las cosas.