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Andi Uriel Hernández Sánchez/Corrupción gubernamental: vivita y coleando
AMLO: trabajo intenso
El doble discurso, la improvisación para dialogar con agilidad mental, las frases encriptados sin descifrar enigmas, las sentencias lapidarias, el temor manifiesto de los periodistas, las fuertes rachas de las redes sociales para todos lados, sin mostrar parcialidad, y si movimientos de aprobación y desaprobación de la opinión pública, son los factores que se producen en las conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que sigue manteniéndose en el rating más alto de las noticias de este país en el día, sin perder puntos.
A veces monólogos largos, otras con participación de personajes del gabinete, también los momentos de desfile de primicias o los anuncios espectaculares que aún no cimbran a la opinión pública, pero que si alertan a todos que la Cuarta Transformación, va en camino a paso seguro.
Las preguntas de los colegas todos con miedo, algunos callados, las preguntas que parecen de “script” con respuesta de un guión, difícil de escribir en el día a día. Pero que las tarjetas del presidente se van leyendo con la premura de quien lo sabe todo y está enterado de todo en el minuto a minuto de lo que acontece en el país.
Las noticias puntuales a los abusos de poder, que se presentan en el tema de la pacificación nacional con decisión de que no le tiembla la mano para decir y decidir, que la ley se aplica en razón de los principios Juaristas, para todo aquel servidor público que se salga de la legalidad, sobre todo en materia de seguridad.
El salón de las conferencias mañaneras de prensa de AMLO, abarrotadas de comunicadores, todos ávidos de dar a conocer primicias y anuncios para estar en el momento importante de lo que diga el mandatario de esta nación y que va dando con sus argumentos de forma pausada y segura, sin estridencias o arrebatos verbales.
La información corre y simplemente la gente toda, de los diversos estratos sociales, ven al presidente como todo un “Rock Star”, que sabe de sus altos niveles de popularidad, aceptación y de validación de los primeros cuatro meses y medio de su mandato, que en los momentos difíciles, muy arropado por el pueblo, ha salido al paso a dar la cara y hablar de forma directa a la población en las diversas incidencias.
Procesos cansancio en el rostro, a veces cabello sin toque de la mano de imagen, al agobio a un modelo intenso, pero necesario para comenzar dando soluciones reales a las añejas problemáticas que dan cuenta de los abusos del poder de antes en combinación con pocos beneficiarios de los recursos públicos, sembrados a lo largo y ancho del territorio nacional con los clásicos “moches”, de lo que “esto se acabó”.
La dinámica de las conferencias de prensa de lunes a viernes con las giras desde la tarde del viernes hasta el domingo por la noche han sido jornadas intensas que reflejan el compromiso cumpliéndose del político con predilección de tres entidades vecinas y sureñas: Tabasco, Veracruz y Chiapas, con las que se vive más intensa la luna de miel con el hombre del poder y del momento, que acapara luces de los reflectores y no deja que nadie se muestre fuera del orden institucional de la nueva estrategia de comunicación gubernamental.
El poderoso jefe de prensa presidencial, Jesús Ramírez, aparece en las menciones del presidente para las instrucciones sobre la marcha y al aire, de muchos colegas que se van a quejar del pasado, que antes disfrutaron para hablar de los abusos de poder y de las amenazas que antes nunca se denunciaron o simplemente, se sintió el efecto de la represión cuando no se comulgó con aquellos años del poder en turno.
Después del comienzo de un mandato de mucho trabajo, parece que la semana santa será para AMLO la oportunidad para un descanso necesario en el relax de tres días y volver a tomar oxigeno para seguir con una fortaleza energética, de quien sabe que los problemas urgentes del país requieren de más de tiempo completo, sí de jornadas laborales de más de 12 horas diarias.
Por el momento todo en orden, los programas sociales van, los temas energéticos controlados y Pemex en una ruta de relanzamiento en su organización administrativa y operativa que puede dar un éxito inmediato al país y con esto lograr números de una reactivación de la economía nacional que los detractores gratuitos recelan incrédulos como catastrofistas naturales a que ya no están en la abundancia de antes.
El presidente López Obrador, con su clásica ironía fina de político tabasqueño, que se preparó más de treinta años para llegar al poder presidencial, no pierde momento para estar en la euforia del delirante poder político que se vive en el modelo presidencialista en el más elevado punto del cenit del esplendor al que posiblemente en la historia de esta nación, nadie lo había podido llevar hasta los límites insospechados de triunfo, por el momento indescriptible.
Los medios de comunicación y las redes sociales se operan desde los últimos cuatro meses con sólo cuatro nombres en la cúspide en este país: AMLO, Diego Laynez, Yalitza y Vicente Fox, que siempre mete su cuchara y aunque lo denigren y ofendan, está en pijama o como sea, pero se muestra para hacerle la contra al jefe de esta nación, y robar espacio.
AMLO, tiene una ventaja si se equivoca en sus elocuciones, al día siguiente mete reversa, corrige y sigue adelante como con el tema de la expresión por la que los periodistas de este país y de todo el mundo, “sintieron frio” con el asunto de las consecuencias de que la gente que puede llegar a molestarse cuando lo llevan a las cuerdas, y salen en su defensa “las benditas redes sociales”. Que se malinterpretó como una amenaza que no lo fue, pero si advertencia. “pórtense bien o ya saben lo que les pasa”, recordó aquella frase en Poca Rica, del ex gobernador Javier Duarte, de “pórtense bien”. Y de ahí todas las consecuencias de una historia triste para unos y otros.
Ya son varios los colegas que se han visto obligados a dejar espacios mediáticos, porque hay censura, sólo los ponen en conserva, cuando en el viejo régimen algunos se unieron de paleros, otros de voceros y oficiales y hasta quienes ya se sentían con más poder que les daban las prerrogativas del poder y los grandes privilegios económicos, a la banca como Dieguito Laínez, en el Betis.
Lo ideal del buen periodista siempre es estar alejado del poder, y como lo haría Ryszard Kapuscinski, el periodista ciudadano polaco, en sus informaciones: Nunca acudir a los políticos o funcionarios públicos, siempre recorriendo el mundo consultando a los ciudadanos. O también más claro en su libro “Los Cínicos no Sirven para este Oficio.
En otro asunto, preocupa la especie de que al Fiscal General en el estado de Veracruz, maestro Jorge Winckler, lo excluyan de las reuniones de seguridad en el gobierno estatal y en la próxima reunión Por la Paz, con AMLO en Veracruz el 22 de abril.
La intolerancia y el rencor después de pasado un proceso electoral, deben quedar en el pasado. Al Fiscal deben darle el beneficio de la duda. Así las cosas.