Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
Tatiana Clouthier: un peligro para México
El protagonismo extremo de Tatiana Clouthier, la lleva a la baja en sus grandes pretensiones personales con su libro “Juntos Somos Historia”, es parte de su decadencia y fracaso dentro de Morena, en donde no deja de ser vista como de sangre azul.
Sus posturas vistas desde los medios de comunicación son de intolerancia, soberbia y hasta con sobrada incapacidad para pretender con su libro hacerse dueña del capital político del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, quien tiene experiencia para tratar a las personas que pretenden colgarse de su fama y por supuesto quitarles el protagonismo en extremo, porque al político tabasqueño, nunca le ha gustado que le quiten brillo a su propia fama y prestigio.
Después de su fallida intentona de ir por la secretaría de gobernación, a Tatiana, le sucedió como al maestro y amigo de AMLO en sus incipientes años en la actividad política, don Enrique González Pedrero, quien se dijo, se supo y de hecho lo fue, el coordinador de la campaña presidencial de Carlos Salinas en 1988, para que luego de su intentona de pretender hacerle hasta el gabinete al ya presidente electo, lo único que recibió fue la invitación de ser embajador en España y un frio sexenal. Que por el momento se ve es la situación de la ahora diputada federal, que todos los días abre un frente nuevo y adquiere una mala fama de conflictiva, entre otras linduras.
Así, la famosa Tatiana, que no ha podido también usufructuar el capital político de su señor padre, don Manuel Clouthier “Maquío”, un personaje vivo en la historia política de este país por su trascendencia como candidato presidencial del PAN y luego ser parte de los daños colaterales que son heridas que no se han podido olvidar, anda en la estridencia, euforia y hasta de forma delirante en la actividad política a la que nunca soñó llegar en el PAN.
Los puntos abordados que se han dado a conocer poco a poco en lo que pretendió hacer una memoria de la campaña política de AMLO, en donde incluso lo mejor es que hubiera sido una cronología de sus hechos personales y no de lo que pensó, creyó que iba a pasarle al entonces candidato presidencial, que ganó abrumadoramente la elección, pero por sus méritos propios y luego de muchos años de lucha.
Tatiana, primero le entró al ring con Manuel Bartlett, luego hace unos días con la señora Jacqueline Broc de Morales, distinguida esposa del notario público en la ciudad de México y un personaje que se ha constituido en un referente histórico muy positivo de la vida política nacional, pero también en el altruismo, la academia y su legado como maestro de varias generaciones en la Escuela Libre de Derecho, Ignacio Morales Lechuga.
Un correo electrónico con un comentario por su artículo en un periódico nacional, de una percepción justa y legitima de la señora Jacqueline Broc, fue suficiente para tratar de dar inicio a la tercera guerra mundial, y después, a Tatiana no le quedo de otra nada más que de meter reversa y pedir una disculpa pública a la señora Jacqueline Broc, quien se sintió orgullosa de ser esposa del licenciado Ignacio Morales Lechuga, pero quien tuvo que acudir al noticiero de Carmen Aristegui, para exponer la dimensión de una problemática de quien como una ciudadana, sólo cuestionó con base en su derecho de expresión de hacerle un comentario personal a la diputada Tatiana, quien como “diva” se ofendió y hasta quiso hacerla de telenovela, por un comentario sincero, honesto y en buena lid, respetuoso y con apego a la ética profesional de la señora Jacqueline Broc, quien por cierto es una universitaria y con estudios de posgrado.
Pero, la diputada federal, pretende llevar al escenario de la arena México sin éxito a los ciudadanos y ciudadanas que osan interrelacionar con una “servidora publica”, que no sabe de la función pública, y cree que como es su estilo, como ahora se acostumbra en el tema de las redes sociales de hacer ruido, y sólo logró un efecto mediático negativo a su causa fallida de extremo protagonismo, porque seguramente sus imberbes asesores, le orientaron mal y hasta la informaron mal.
También, con el caso del escritor e historiador Enrique Krauze, un ilustre mexicano de gran trayectoria profesional, y que trasciende al ámbito internacional por su esfuerzo y trabajo personal, también lo pretende llevar al baile y de gratis con su prestigio a cuestas de gran labor en la cultura de este país.
Todo esto, es preocupante, porque ahora al maestro Krauze, lo pretenden borrar de un plumazo del escenario nacional, a quien se le da trata de enemigo público número uno, cuando debe respetarse su ideología, como la de todos los ciudadanos, y más cuando ya ganaron la elección presidencial, muchas posiciones y ahora se quieren adueñar de la voluntad y del valor de los mexicanos, equivocadamente.
Muchos ya se admiran de la intolerancia y protagonismo de la legisladora norteña, que sabe qué vive en el hielo, sí en la congeladora, y al rato retorna al PAN, por eso cuidado con ella. Y en Morena le dan un trato de mucho cuidado y de riesgo, al tiempo.
La diferencia de personalidad entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y Tatiana Clouthier, es abismal. Y gracias a Dios que nada mas es diputada federal, ahora hay que imaginarla con poder en otro escenario, es que pondría a correr a medio país. Así las cosas.