Raúl López Gómez/Cosmovisión
Réquiem a Manuel Carvallo
Periodista de mil batallas, egresado de la Facultad de Comunicación de la UV, con más de 30 años de ejercer el oficio con gran pasión y entrega, siempre presente y vigente entre los colegas de la prensa.
Con su carácter fuerte, a veces irónico y en otras, muy serio al momento de hacer su característica presencia en los eventos mediáticos.
Bohemio de lujo, narrador consumado y audaz en el ejercicio periodístico con muchas crónicas vividas en lo que sólo alguien como él podía superar hasta lo imposible por ser y estar en el momento de la noticia.
En sus múltiples reportajes comentaba sus anécdotas de lo que él podía hacer con tanta facilidad y convicción en su reunión obligada de café o en el momento de refrescarse el humor con los cuates y las bebidas espirituosas.
Apasionado primero en sus inicios de la fotografía, a tal grado que el 1 de enero de 1994 a la primera hora de que conoció la noticia del levantamiento en Chiapas, abordó un camión de redilas y fue de los primeros en llegar a cubrir la información en el lugar de los hechos.
Pudo captar a los jóvenes indígenas muertos con los rifles de palo: son algunas de sus gráficas que hicieron historia en el orbe al estar en el momento preciso de los hechos, y con el pecadillo aquel, que lo reconoció de que acercó el símil de arma al caído para darle realidad y el dramatismo a la foto, sin que le quitara algo de la objetividad a sus fotografías que recorrieron el mundo y que supo también darle la difusión correspondiente como todo un profesional.
Manuel Carvallo, fue un periodista errante, sabía caminar diversos rumbos en la búsqueda de la noticia, también con su corpulencia daba la impresión de que disfrutaba conocer de la nota de policía en sus inicios.
Con sus muchas fuentes informativas lograba la noticia con la oportunidad, pero tenía un olfato periodístico natural, además de que ha sido de los pocos en el gremio que ha podido combinar a la fotografía y la redacción como dos herramientas importantes en la elaboración de reportajes.
En la brega del periodismo diario, tuvo un amplio manejo en diversos medios de comunicación tanto nacionales y locales.
Nunca dejó de escribir hasta el último día de su vida en que la diabetes, le ganó la última batalla, cuando jamás se dio tregua aunque sea para el chequeo médico, porque la inercia de la actividad periodística avasalla, y acapara cuerpo y alma hasta que se llega como Manolo a la misión cumplida.
Su voz siempre se escuchó en todas las actividades mediáticas en las conferencia de prensa en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río.
Un reportero incisivo, a veces complicado en sus relaciones humanas al parecer como consecuencia del carácter, pero siempre en el momento oportuno daba reversa para pedir una disculpa y salir adelante en el compañerismo con todos sus colegas.
Recordado por las actuales generaciones de reporteros con los que generoso compartió experiencia y aplicó la experiencia a favor de quizás la última generación de periodistas, ya en vías de extinción en esta zona.
Al final, ninguna queja, sólo su pundonor y entrega en el ejercicio periodístico muy querido entre los de su gremio con los que se dio tiempo siempre en entrega absoluta para compartir amistad y compañerismo, más allá hasta en una verdadera y autentica hermandad.
Le declaran el adiós en la prensa veracruzana con dolor, y se juramenta el recuerdo que como a otros grandes del periodismo en esta tierra nunca será olvidado y su lugar queda guardado en una autentica memoria colectiva.
El luto en el gremio general en todo el estado de Veracruz, y las expresiones de consternación, dolor y hasta de incredulidad por su pronta partida a quien con 56 años de edad, se le vio muy joven para que Dios lo lleve el cielo para integrarse al equipo de la prensa jarocha de la gloria celestial, junto a muchos otros grandes del periodismo como Manuel Carvallo, que estará en el paraíso como un autentico corresponsal de lujo. QEPD. Así las cosas.