
Carlos Ramírez/Indicador político
El dolor de los neoliberales
No se trata de echar flores a los primeros cuarenta días del presidente Andrés Manuel López Obrador, o de ejercer las criticas despiadadas de los mediáticos de siempre que extrañan el gobierno que se fue, por los privilegios normales a los que se acostumbraron.
También, hay quienes desde el pensamiento neoliberal, siguen con la idea muy fija de vivir en la opulencia, entiéndase en la abundancia a la que siempre estuvieron acostumbrados.
Los primeros pasos, de un nuevo gobierno en el país, que con insistencia sostiene el cambio de régimen, para sacudir de entrada mucho de lo malo en donde los que se fueron siguen y están luchando para seguir tapando hoyos, baches y todo tipo de corruptelas que se quedaron como un clásico estilo de gobernar, mientras el “pueblo” que sí existe, estoico ha permanecido firme en sus convicciones hasta que el hartazgo los convenció a utilizar el voto para darle la oportunidad a un nuevo partido en el poder que ahora es Morena.
Pronto, los movimientos del nuevo gobierno de poner el control candados y hasta cerrar todas las fugas del erario público o de las acciones que quedaron para que mediante las reformas estructurales se diera una gran venta de garaje de los beneficio de Pemex a las trasnacionales y a todos aquellos políticos y empresarios beneficiados en los famosos contratos de gran negocio con el petróleo que no está agotado y se tienen amplias reservas de hidrocarburos que hay que extraer y comercializar, pero con un plus para las finanzas nacionales, algo que supuestamente no se hizo.
En la metáfora se trata de enderezar el rumbo de la nave, a la que hay que avituallar y darle un cambio de motor, y de tripulación, esto con fines de continuar el viaje pero con un nuevo destino.
La fortaleza de AMLO, está en el voto mayoritario de quienes desde jóvenes y el ejercito de miembros de la tercera edad le dieron un mensaje contunden a los otros partidos, por lo pronto de un hasta aquí, “gracias por participar”.
En la democracia, siempre se dice que no hay muertos políticos, y algo clave en la democracia que se comenzó a disfrutar en este país desde el año 2000 con el ascenso al poder de Vicente Fox, un representante de mucho de lo malo que dejó su gobierno apegado a los designios de los dueños del dinero en el mundo y el país se quedó sin avanzar con un personaje que se le sigue llorando al dinero público al que se acostumbró a percibir y lo sacó de su propia crisis económica familiar, para vivir como autentico jeque árabe.
El presidente AMLO, va venciendo resistencia de los poderosos respaldado por las mayorías de este país y aunque se le meta ruido a sus decisiones, este no tiene eco, porque la gente está convencida de que el cambio de régimen era necesario, ante el exagerado cinismo de muchos políticos de los diversos partidos políticos en el poder público que actuaron con cinismo y desvergüenza, pensando en muy mal que la gente no iba a dar el golpe de timón, que lo dio al convencerse de que no hay mal que dure cien años.
Las decisiones de los primeros cuarenta días de un nuevo gobierno, han sido contundentes y muy “ad doc” a los problemas nacionales, con pasos seguros primero con la movilización de las fuerzas armadas a todo el país, lo que significa respaldo absoluto.
La detención de las obras del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México, que se vio como el reparto de un gran pastel a perpetuidad para ricos y políticos de este país, que ahora se quedaron sin rebanada. Una medida necesaria y que fue muy simple les quita el sueño de tener más riqueza a los que dejaron todo repartido.
Las acciones en el tema de las tomas clandestinas de ductos de Pemex, para detener la venta clandestina de gasolina y diesel, con enormes pérdidas para el erario público, después de veinte años que creció y hasta se corporativizo el negocio, en donde los concesionarios de estaciones de servicio, hacen su agosto.
Los primeros pasos, paso a pasito, del gobierno morenista, es lo que tiene nerviosos a los ricos de este país, que creen que el pueblo no tiene derecho a comer, y menos a recibir lo mínimo para subsistir en alimentos, educación y salud, entre otros rubros.
Aunque el fin justicia los medios, claro que los pocos de este país se acostumbraron a ver los millones de mexicanos a vivir y padecer la pobreza, pobreza extrema y la miseria, a los que son más de sesenta millones de seres humanos, a los que les está cambiando la precaria y paupérrima situación que alcanza hasta los “clasemedieros”, que nunca se rajan a pagar impuestos y costosos servicios, que se convierten en sostén de la economía nacional, porque los poderosos recibían el beneficio de la venia en la reducción y hasta devolución por el tema de los impuestos.
Aquí, la mención especial a los migrantes con su enorme aporte anual de divisas que ayudan a sus familiares a seguir en la lucha.
Los ejes rectores del gobierno de AMLO, están muy bien definidos, atajar corrupción e impunidad, impulsar a la juventud en educación y trabajo, mientras que ahora a los chavos de la tercera edad, se les da el anhelo de vivir. Esto nunca antes nadie lo pensó como una realidad.
Los exigentes lloran y como auténticos depredadores que conformaron un estilo de poder para servirse y vivir con privilegios, que les da hasta para guardar en los paraísos fiscales que den gracias a Dios que el león duerme tranquilo y mejor. Sin nada que lo moleste “el pueblo” está en paz. Hay que esperar que se dé tiempo al tiempo. “Gracias Señor que el fracaso tocará a mi puerta para saber que sólo tú eres poderoso”.
En otro asunto, este jueves 10 de enero a las 12 horas en la sede del Seminario Mayor de San José, monseñor Carlos Briseño Arch, asume el obispado de la Diócesis de Veracruz. Se trata de quien se formó en la orden religiosa de los Agustinos Recoletos y trae consigo un gran recorrido de trabajo evangelizador. Además de que llega joven a sus 58 años al cargo de ser el cuarto obispo de Veracruz en la ciudad que cumple 500 años de su fundación.
La llegada de don Carlos Briseño Arch, como obispo de la Diócesis de Veracruz se da en un momento importante de una gran lucha del Papa Francisco, por la iglesia católica universal de mejorar sus estructura, por lo que la grey ve un nombramiento acertado, oportuno y muy puntual, luego de que el relevo de monseñor Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, después de dos años de su jubilación, llega a tiempo al unir a la gran mayoría de sacerdotes en una molestia generalizada por decisiones al parecer sesgadas por la queja de que gobernó a esta importante Diócesis, únicamente con el padre Víctor Díaz Mendoza, y por lo mismo aunque todos los presbíteros disciplinados y respetuosos, pero deseosos de un milagro que trae a un personaje con apego al espíritu cristiano como lo ven en don Carlos Briseño.
Monseñor Carlos Briseño, es un pastor que dará la Diócesis de Veracruz, el tratamiento especial que los sacerdotes quieren contar con un autentico impulsor de los designios de Jesús de Nazaret con apego a la humildad y al verdadero cristianismo.
La Bienvenida del Obispo de la Diócesis de Veracruz, será una fiesta para el pueblo católico de la región de veracruzana, ya que esta Diócesis es muy grande y llega hasta la Cuenca del Papalopan, se trata de un evento al aire libre y por demás esperado de verdadera participación de fiesta en el pueblo cristiano porque la invitación es abierta a todos. “El Señor no se equivoca”. Así sea. Así las cosas.