
Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
Los de la piel delgada y el pasado priísta
Las tribus morenistas polarizadas y dividas en conflictos internos por la ausencia del liderazgo de su fundador, andan a la greña, desubicados y buscando a quien culpar de los errores de corrupción, impunidad y abusos de poder, que dicen los analistas que superan en poco tiempo a los noventa años del priismo.
Y es que las tribus morenistas encumbradas en el poder en el séptimo año presidencial, y en un poder omnímodo, absolutista, intolerante y arbitrario, no se dan cuenta que van en declive y al precipicio, sin paracaídas como diría en sus buenos tiempos el ex gobernador veracruzano, Fidel Herrera Beltrán, que a pesar de su ausencia física, su legado sigue calando fuerte entre sus opositores del partido en el poder, que imberbes no saben que al famoso cuenqueño, lo quieren tanto en el estado de Veracruz, como al propio cristo negro de Otatitlán.
Quizá, por los que no conocen el terreno del solar veracruzano se han atrevido osar el nombre de Fidel Herrera Beltrán, envuelto en el halo del legado de la fidelidad de que la gente le sigue agradecida por su cercanía de sus tiempos de gobernador y de que todo el aparato del Estado estuvo al servicio de la gente, de ricos pobres y hasta de sus opositores.
En aquél tiempo de Calderón y Fox, Fidel les ganó la elección en su estado y con un PRI, desterrado de los Pinos desde el año 2000.
Posteriormente, el mal gobierno de Enrique Peña y de los gobernadores priístas de ese tiempo por desconocimiento de la política, cayeron en todo lo malo que ahora, los especialistas creen que se está superando.
El mayor error del morenismo de antes con AMLO y ahora con Claudia Sheinbaum, fue el de abrir la puerta de par en par a la militancia extraviada de todos los partidos políticos que llegaron al abordaje, les dieron cobijo, y ahora por ahí andan los fundadores el movimiento llorando arrepentidos de la mala decisión y la pretensión de incrementar el registro de militantes con personajes que se cuelgan y se cuelan con fines de meter mano al presupuesto como ha sido siempre.
Y es que la sorpresa la dio la senadora Lily Téllez, por ir a una televisora oficialista en Estados Unidos, para llevar agua al molino de la desangelada oposición con posturas que desde el morenismo le tildaron de antipatriota, y poco faltó en la desmesura de la desesperación de la oportunista legisladora, que se inició en la política con AMLO, como muchos otros aventureros que se la creyeron, cuando el poder político no se comparte, como regla desde la genética priísta que impregna al tabasqueño y muchos otros que se iniciaron en el partido tricolor.
Los medios regionales, nacionales e internacionales, hablan de la senadora Lily Téllez, como una moderna Juana de Arco a la mexicana, que la quieren llevar a la hoguera, dicho en la metáfora, porque se atrevió a lo inimaginable, recordar los tiempos aquellos juaristas, cuando los conservadores pidieron a Napoleón a un emperador para México, y que terminó en el paredón.
Y es que muchos que ahora lloran, porque apoyaron a AMLO a llegar al poder presidencial, les dio una probadita de la miel y el tabasqueño, les levantó la canasta, porque se creyeron los dioses del Olimpo en tiempos del priismo, y simplemente se les sacó del paraíso a los que no tienen llenadera, como dicen en estos lares. Andale. Así las cosas.