
Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
En Morena les hace mucha falta el líder y fundador Andrés Manuel López Obrador para el control de hombres y mujeres que por sus excesos de ostentación están afectando la imagen del partido que vive una aguda crisis de credibilidad.
Adán Augusto López Hernández, lava culpas de su ex director de seguridad pública, lo nombró pero nunca supo quien era Hernán y todavía lo defendió en el senado.
Lo mismo sucedió con Andy y muchos más que andan arrastrando la cobija.
Andy López Beltrán, salió a aclarar sus gastos de su viaje a Japón, y se enredó en sus dichos sin tener una justificación al uso de los excesos.
El caso más complicado el de Adán Augusto López Hernández, alcanzó el cénit en la discusión legislativa álgida y controversial.
Hasta tuvo que embarrar a AMLO de que lo invita a ser secretario de gobernación, la realidad es que a Adán Augusto, que no le preocupa mucho su situación porque se ve exonerado de culpas como en su tiempo lo hizo igualmente Felipe Calderón y Vicente Fox, con el innombrable de Genaro García Luna, condenado a estar más de treinta años en una cárcel de Estados Unidos.
Adán, debe ir al edén de Tabasco para saber lo que piensan sus paisanos.
La realidad es que el gobernador tabasqueño, Javier May y José Ramiro López Obrador, secretario de gobierno, lo ayudaron a empujarlo al abismo y con esto quitarle toda oportunidad política por los antecedentes que no pudo vislumbrar con un titular de seguridad pública incómodo.
En un debate como circo, los legisladores que dicen agrias críticas de unos y otros, se dijeron de todo, pero sólo es para la distracción de siempre la caja china que se convierte en el eco de la maldad de todos condenados a padecer por sus propios excesos de la codicia, del pretender la grandeza, sin entender el mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum, del exhorto a que no comentan errores de viajar a Europa.
Aquí también, Luisa María Alcalde, la dirigente nacional morenista, igualmente tuvo que condenar a los excesos de su secretario de organización, indefendible y como diría el senador veracruzano, Manuel Huerta “condenado” a ser senador.
Y aquí si, don Alfonso Ramírez Cuéllar, tuvo que salir a la tribuna para hacer juicios de congruencia de los morenistas, enderezar al barco a punto del pantoque y le arrimó el caballo a Alito con finura y de esa forma sacar el balón de la cancha y liberar a morena de la masacre del linchamiento legislativo.
Hasta Gerardo Fernández Noroña, con traje completo de gala ataviado como nuevo burgués al estilo de la emulación de los otros, de los ajenos de la parcela y del pesebre, que es cierto como zopilotes andan rondando a los personajes que pretenden sacar de la jugada, cuando todos están enfermos del mismo mal, que produce el poder político, que los tiene obnubilados y los hace verse igual a todos con un poco de poder.
Y es que en la realidad los pleitos legislativos del deslinde y la distracción se convierten en el círculo vicioso de siempre la guerra de todos contra todos que además de condenarlos a la mayoría con el afán de grandeza de lucir como ricos ropas y joyas carísimas, otro caso es que a los espacios legislativos un mercado los supera en armonía, y les dan uso de hospital psiquiátrico para que actores y actrices saquen traumas y complejos de personalidad oculta que Sigmund Freud estudió a profundidad, y de lo que son sus conductas torcidas y convertidas en auténticas enfermedades mentales insuperables.
Y todo para que al final lleguen los acuerdos y no se hagan daño de los mismos de siempre, que ocupan los puestos legislativos para alcanzar fortuna.
Por cierto , volvió el personaje de las flores y la maledicencia en las conferencias mañaneras, que dicen ahora es el Lord Molécula a la veracruzana. Andale. Así las cosas.