
Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
Joaquín Cossío: histrión del cine nacional
El famoso actor mexicano, Joaquín Cossío, anduvo de vacaciones en el puerto de Veracruz y la zona conurbada, acompañado de su menor hijo y huyendo del mal tiempo de la capital del país y disfrutar del paraíso veracruzano.
La intrépida prensa veracruzana, con muchos jóvenes en los “pininos”, hizo recordar los tiempos precoces del inicio de todo reportero.
Y es que en la emoción de ver en carne y hueso al primer actor de películas y series famosas, Joaquín Cossío, algún reportero en la entrevista hasta le cambió el nombre y alguien le dijo “Alejandro” quizá evocando la grandeza del famoso conquistador que puso al mundo en una geografía dividida.
A Joaquín Cossío, hay que seguirlo dice él desde Wikipedia, porque los reporteros jóvenes con los nervios de verlo en persona disfrutando de un café, casi hacen que le diera un infarto.
Pero, en la realidad, Joaquín Cossío, es un actor, sí un personaje profundamente sencillo, con una calidad humana enorme y una paciencia inaudita al conceder entrevistas a todos los colegas de la fuente del Gran Café de la Parroquia de Veracruz, a donde llegan todos los famosos y toda la gente del pueblo, reunidos en una amalgama única de estos lares, en donde la convivencia diaria de todos, famosos, propios y extraños, pobres y ricos, están en un ambiente democrático único en el mundo.
Para los mexicanos y público latino, Joaquín Cossío, es el actor que atrapa con cualquiera de sus personajes de películas y series de televisión.
Su estilo es único, y se le reconoce de venir del teatro a las películas con una formación profesional y con su sencillez de estoicismo ha dado muchos aspectos de su vida personal que hace recordar a todos los que sobresalen con la lucha del esfuerzo y la superación del trabajo diario, hasta que llega el momento de la consagración, lo que ha logrado con sus películas y series en las que destaca el personaje del “Cochiloco”, algo con lo que tiene que lidiar en el día a día al paso del tiempo que lo estigmatizó y ni modo la fama es fama y un poder que demuestra lo sabe manejar con mucho profesionalismo, tolerancia y paciencia.
Entre sus muchas anécdotas que narra y lo tiene presente, cenando, lo saludan y le dicen, “nosotros somos los de verdad”.
Y dice que viene a Veracruz a disfrutar del calor del clima y de la gente, de la gastronomía y del aire, cuando la compañera reportera le dice, “Alejandro”, el actor aquí sí se puso más nervioso que los de quienes le dijeron “somos los verdaderos” por lo del “Cochiloco”, y quedó todo “chiviado”, al pensar que los periodistas pudieron confundirlo con otro famoso, Alejandro Fernández.
Y el actor más famoso del cine nacional y del momento, que nunca niega venir de la pobreza, y narrando aquel recuerdo de la infancia de su graduación escolar, cuando llegó sólo a recibir su diploma.
Ahora, la otra realidad es que ya no está sólo, lo persigue la fama de sus muchas películas exitosas, aunque es cierto, “solos llegamos y solos nos vamos”. Andale. Así las cosas.