
Carlos Ramírez/Indicador político
El fundador original de Morena ya no está para aparecer en las boletas electorales o por lo menos para poner orden en los desajustes ocasionados extremadamente peligrosos por personajes que se ostentan en las siglas de un partido que costó muchas vidas y sacrificios para llegar al poder presidencial en el 2018.
Y también, de alcanzar importantes triunfos en gubernaturas, presidencias municipales, diputaciones locales, federales y senadurías.
Después, Morena se hizo de todo el aparato judicial del país con un proceso electoral dudoso, plagado de artimañas, trampas evidentes y el acarreo de votos con los famosos acordeones.
Con todo esto, más las expresiones externas de Estados Unidos y la inseguridad al interior del país, la presidenta Claudia Sheinbaum, parece que está capoteando la tormenta, sin el consenso de muchos de la clase política morenista.
La mandataria mexicana, desde su ascenso presidencial se han detectado posturas misóginas de sus propios aliados de partido y también el clásico fuego amigo.
Muchos han esperado el manotazo de la presidenta Claudia Sheinbaum, pero se resiste a mostrar intolerancia o supremacía de poder con sus correligionarios.
En los primeros meses, desde los líderes de las bancadas de las cámaras de diputados y senadores no han aceptado las propuestas y posturas de la titular del poder ejecutivo federal.
Se ve como la famosa rebelión en la granja, y los encumbrados morenistas, hombres y mujeres, algunos se han sesgado o puesto sana distancia de la presidenta.
Pero, ¿Qué es lo que está sucediendo al interior de Morena?
Lo que se pudiera pensar es que Morena es un partido sin cabeza, y por lo mismo los grupos políticos se han pretendido manejar por la libre ante la ausencia de un liderazgo natural.
La dirigente nacional, Luisa María alcalde, hace todo un esfuerzo por llamar a la unidad, la prudencia y a la sensatez, pero tampoco le hacen caso los encumbrados en el poder.
El partido Morena va en caída libre, en declive, sí en una estrepitosa situación caótica y problemática, pero es que ya no está el líder para poner orden en la casa.
Los viajes al extranjero de políticos morenistas son parte de la crisis interna de Morena y ante la opinión pública.
Los analistas, creen que a la otra forma de presión para la presidenta Claudia Sheinbaum, y lo hacen algunos de forma deliberada es el tema de la revocación del mandato.
Y por lo mismo, aquí, el diputado federal, Alfonso Ramírez Cuéllar, persona de todas las confianzas de la presidenta Claudia Sheinbaum, ha sostenido que el asunto de la revocación del mandato, es parte de la nueva democracia del país.
Y que la doctora estará asumiendo ese compromiso de respetar el resultado, pero que por supuesto es garantía de que la población mexicana, le ofrece un respaldo histórico y por lo mismo no hay temor a una evaluación mediante consulta popular y electoral. Andale. Así las cosas.