
Perspectivas
Tiene razón la gobernadora Rocío Nahle, con la frase de deslinde de una problemática interna en la UV.
Ahora, con un rector impuesto en la UV, la comunidad universitaria se posiciona en contra de la decisión de la Junta de Gobierno por poner a Martín Aguilar, por un período más en calidad de prórroga y que va en contra de toda legalidad.
Los posicionamientos de los miembros de la comunidad universitaria en el atrio de la rectoría de la UV en Xalapa, en protesta abierta con las opiniones centradas en torno al horror de persecución laboral y acoso académico a los estudiantes.
La máxima casa de estudios en la entidad con prácticas facciosas y porriles, por el retorno a la lucha de los años ochenta en plena era del PRI.
Ahora, la UV ha sido secuestrada y la más importante institución de educación superior en la entidad no tiene ningún modo de defensa por la existencia de una Junta de Gobierno que actúa a plenitud.
Y es que, cuando se pierde el Estado de Derecho, en la UV se dan todo tipo de calamidades y de artimañas.
Todo lo malo se convierte en normal, y hasta se pierde la capacidad de asombro.
El rector Martín Aguilar, cumple con llevar a la UV y su Junta de Gobierno, ilegal y corrupta a la destrucción de la educación superior en el estado de Veracruz, en perjuicio de las actuales y futuras generaciones de estudiantes.
Los que sufren de los malos tratos y de la galopante corrupción, son los estudiantes, maestros y trabajadores.
Toda una gran afectación a la calidad de la enseñanza, con el aumento de la corrupción y la impunidad en el más importante recinto de educación superior en Veracruz, y que al cumplir ochenta años de su fundación, entra en un declive que será difícil de superar en los próximos años.
La UV con los sindicatos charros en la forma de gobernar, se supera a todo lo malo del pasado.
El acoso laboral es parte de su misión, visión y valores de hostilidad en contra de todo el personal, sin forma de defensa.
Y hasta actúan, sin respeto al honor de los códigos no escritos en el bajo mundo, por las Vendettas de usar el vídeo como represalias a los que protestan y se resisten a permitir el daño a su alma mater, por los advenedizos que como piratas y filibusteros llegaron de fuera al asalto de la institución y a socavar sus recursos públicos.
Y sin posibilidad de defensa: “ahora quien podrá defenderlos’.
Es poco, lo que se puede hacer en contra de los que se han apoderado de la Universidad Veracruzana, y que además creen que la comunidad no tiene ningún medio de defensa como ha sido el estilo, y protestar ha sido una forma de manifestar la negativa a una decisión de plena bajeza y ni modo hay que esperar de nuevo a qué pasen otros cuatro años, para que se termine ese mal.
Y es que el daño que ocasionan a los estudiantes es muy grave con la disminución de la matrícula, la ausencia de calidad en la enseñanza y de todas las carencias en las distintas facultades que no tienen lo mínimo en apoyo para laboratorios de las prácticas profesionales.
Está bien, que sigan disfrutando y haciendo su mal, que el pueblo los condene y que el tiempo los juzgue, porque no existe forma de impedir el flagelo de la UV de que se maneje y opere como un botín político y económico.
La realidad es que nadie puede hacer nada, por la “la mano que mece la cuna”.
No sé puede luchar, no hay nada que hacer, simplemente que sigan con la acción depredadora de lo recursos públicos de la educación superior.
No pasa nada, algún día se van a llenar y algún día se van a cansar y entender que será el tiempo el que los condenará.
Que sigan su fiesta, hasta que el destino los alcance, sin problema.
Al final aquí nadie es eterno y sí hay que esperar y luchar otros ochenta años por la Universidad Veracruzana, lo corresponderá hacerlo a otras generaciones, las que están y las que vienen.
Además, que con un subejercicio de dos mil millones de pesos en perjuicio de los estudiantes, con eso y la carta de recomendación claro que llegan lejos.
Y como a Porfirio Díaz, fue el tiempo, el que le cobró la osadía de pretender estar en el poder por muchos años.
Otros que hagan la tarea, la lucha sigue y esto apenas comienza.
Y precisamente, porque nadie es eterno, como diría Jorge Luis Borges a Juan Rulfo, ante la pregunta del escritor argentino, como está, -muriendo cada día, respondió el autor de la novela Pedro Páramo, y el Nobel de literatura, con su inteligencia y sagacidad, le expresó: “mire usted que bien, imagínese que fuésemos eternos”.
Y es cierto: Allá ellos. Andale. Así las cosas.