Raúl López Gómez/Cosmovisión
Con la fina ironía del escritor Jorge Luis Borges, describió al fútbol, ¿qué es eso? Veintidós jugadores tras de una pelota.
Pero, el mundo está atrapado en la mercadotecnia del deporte de las multitudes en el orbe de este domingo con las finales de las copas en Europa y América.
Mientas, la FIFA de Gianni Infantino, lucha por hacer de las reglas del fútbol un deporte más transparente, parece a todas luces que se ha convertido en el mayor negocio del planeta por los derechos de transmisiones, marcas, ventas de bebidas embriagantes, los alimentos chatarra y de los altos costos de las entradas a los estadios, que se abarrotan de sus ilusionados seguidores los fanáticos que sueñan con milagros en cada partido y rezan para evitar una mala “decisión del árbitro en los partidos de sus selecciones o equipos de sus amores de países y distintas ciudades del mundo.
Los principales estrategas del futbol dan cuenta de un deporte tedioso, cuadrático en su planteamiento convertido en rígido y que sólo se puede superar por un error de los defensas o las habilidades de un auténtico juego en conjunto o en el genio de un joven como Lamine Yamal, delantero de la selección de España y que se enfrenta a Inglaterra.
Lamine Yamal, el jugador profesional niño de las filas del FC Barcelona, está convertido en el nuevo genio del fútbol en el orbe y que está por cumplir diecisiete años y es la sensación del momento al estilo de Maradona, Pelé, Messi, Ronaldo y Ronaldinho, por citar a unos cuantos de los históricos futbolistas que en México tuvo a el Pirata Fuente o Hugo Sánchez, en sus buenos tiempos.
Con amaño o no y con un novedoso sistema de jurado de vídeo denominado VAR y que asiste al arbitraje en las decisiones controvertidas, en el fútbol profesional, sigue estando dudoso por los resultados de los grandes encuentros en donde ya invadieron a este deporte el negocio de las apuestas y los intereses extra cancha con el clásico amaño de técnico y jugadores, en algunos casos evidentes.
Este domingo, también será la final de la Copa América entre Argentina y Colombia con un duelo que se espera como siempre, no surjan las “dudas arbitrales” que manchan la honestidad de un deporte impregnado de malas prácticas y el negocio por encima de la ética y disciplina.
Mientras, que en México, la gente llora y seguirá soñando con un milagro con la selección mayor y las finales de la liga siempre dudosas que son dolorosas para todos, a causa de las decisiones cínicas del mal arbitraje y de los corruptos federativos.
El fútbol mexicano y la política, está visto que nunca van a cambiar para mejorar, en donde se ha impregnado el chantaje y la corrupción.
Queda claro que el fútbol ya es como en las luchas libres, y sólo queda ya como un deporte de exhibición en dónde ya no importa el resultado y los fanáticos optan por no ver, las crónicas de las derrotas anunciadas. Y prefieren Dejar de Sufrir.
Ahora, en cada partido de fútbol los cronistas deportivos de la televisión son los que se lucen ante los aburridos encuentros con la ausencia de goles.
Aunque queda la certidumbre, que el fútbol femenino, sí de las mujeres es más emocionante, es más poderoso, se juega con más fuerza, más rígor y mayor garra que ya supera al de los hombres.
Las diferencias con el fútbol masculino, es que en muchos casos se muestra afeminado en algunos jugadores preocupados por su figura, su look y ya hasta con una especie de pechera que antes jamás nunca usaron los profesionales del balompié.
Ryszar Kapuscinsky, famoso periodista polaco, autor de “Los Cínicos No Sirven para este Oficio, y La “Guerra del Fútbol”, se adelantó a su tiempo al pronosticar con la crónica comparativa de este deporte con los principales conflictos en el mundo, con un mismo estilo la violencia y la sin razón de una competencia que olvida el respeto por el adversario.
Mientras, en Veracruz con el pan y circo, se anuncia la llegada de un equipo similar a los tiburones rojos de la liga de Expansión, nada más que clonados al estadio Luis Pirata Fuente, recientemente remodelado.
Cuando existen mayores prioridades como la salud, la educación y la seguridad. Andale. Así las cosas.