Felipe de J. Monroy/El poder del nombre
Los trabajadores portuarios de Veracruz esperan justicia después de 33 años de que el 31 de mayo de 1991 se diera la requisa ordenada en tiempos del presidente Carlos Salinas y Dante Delgado como gobernador interino de las instalaciones portuarias que fueron privatizadas.
Todos los derechos laborales y patrimoniales de los trabajadores de los sindicatos portuarios de Veracruz, fueron violados y no se ha hecho justicia y aplicado la ley conforme a derecho.
Con el presidente Andrés Manuel López Obrador, se comienza a extinguir la esperanza de justicia de la que dio su palabra al dirigente del movimiento, Alejandro Pulido, en su reciente visita al puerto de Veracruz.
Los trabajadores portuarios creen que los buenos oficios de Luisa María Alcalde, como secretaria del trabajo y ahora como secretaria de gobernación, han sido certeros para casi llegar a la consumación del objetivo de recuperar los bienes inmuebles del sindicato de maniobristas y las cuentas bancarias que se encuentran congeladas por el gobierno desde aquella época de las privatizaciones del gobierno salinista que favorecieron a empresas privadas nacionales y extranjeras a costa de los derechos de los trabajadores que no han podido lograr justicia al culpar y responsabilizar a Carlos Salinas de tener el control de las empresas beneficiadas en su mandato.
Desde aquella época, el movimiento de los trabajadores portuarios veracruzanos que exigen justicia, han podido dar en el gobierno de AMLO algunos avances gracias a Luisa María Alcalde.
Pero, la decisión final del presidente Andrés Manuel López Obrador, ofrecida por él, tiene nerviosos y desesperados a los cientos de trabajadores y sus familias, de los cuáles muchos han muerto en el camino por el paso del tiempo sin encontrar justicia por la inoperancia de los pasados gobiernos y en el gobierno actual queda la duda de la solución a unos meses de que el presidente concluya su mandato y no cumpla con su palabra ofrecida en fecha reciente.
Los trabajadores portuarios con su dirigente Alejandro Pulido, no se han cansado de tocar puertas y con AMLO creció la esperanza antes de ir a los tribunales internacionales a exigir justicia por la violación a sus derechos laborales y humanos. Andale. Así las cosas.