La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
AMLO, la gira del adiós y la atención a trabajadores portuarios de Veracruz
En el mes de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador, volverá a recorrer todo el país para despedirse de la gente al día siguiente de la llamada elección del milenio.
Se trata del clásico mexicano de medir el agua a los tamales en el real sentido de un mandato controvertido y en dónde desde su triunfo electoral en julio de 2018, los enemigos políticos y eternos detractores negaron el beneficio de la duda al político tabasqueño.
Las primeras acciones de AMLO como presidente, fueron decisivas para poner orden a uno de los más graves problemas que enfrentaba el país desde hace varios lustros: frenar el huachicol, que dejaba enormes perdidas económicas a la economía del país, al igual que frenar el desabasto de medicamentos.
El modelo de solución al problema del robo de gasolinas de los ductos, fue rápido y certero: cambiaron la forma al transporte terrestre y por lo mismo se compraron pipas a Estados Unidos y Canadá, los famosos socios comerciales de México. Y con una Megafarmacia se da paso y fin al tráfico y corrupción de las medicinas.
Y este logro y muchos más con la industria petrolera nacional se atribuyen a la visión del presidente AMLO de la mano de una mujer, ingeniero jubilada de Pemex, como Rocío Nahle, que arraigada toda su vida en Veracruz, ahora se perfila a ser la primera gobernadora de la entidad más politizada del país.
Sin tanto desgaste, el paso inicial del nuevo gobierno mexicano de la izquierda que luchó desde 1988 para acceder al poder presidencial, fue exitoso.
Segundo paso, proceder a destrabar a las férreas estructuras nacionales que se habían dejado comprometidas por los gobiernos del pasado.
De esa forma, en una intensa lucha legislativa, el presidente AMLO se dio a la tarea de realizar una reforma de las reformas que habían dejado los gobernantes que fueron derrotados en las urnas con más de treinta millones de votos de mexicanos que pusieron freno al hartazgo a los noventa años del PRI junto con sus aliados, que fomentaron corrupción, impunidad y los abusos de poder que agobiaron a las mayorías pobres y de clase media.
El método AMLO, de cortar todos los vicios de una corrupción de varias décadas a los gobiernos que se sentían cómodos dilapidando recursos públicos en una costosa democracia, también tuvo éxito a pesar de las resistencias y de frenar a quienes operaron por años los presupuestos de los multimillonarios fideicomisos en manos de una casta privilegiada.
Con el tiempo, los insistentes pasos de una administración pública diferente, propició avances en pago de pensiones a los adultos mayores de los llamados programas de bienestar con históricos apoyos al campo y becas escolares y a personas con capacidades diferentes.
Las fortalezas ahora, a los compromisos de antes de los gobiernos del pasado, son parte del debate público, en dónde se percibe que AMLO como presidente empoderó a las masas de este país contra una minoría que sin perder privilegios y con una mayor obligación al pago de impuestos, se sigue declarando en contra de los avances del gobierno de la llamada Cuarta Transformación en boga, que fortalece a la gobernabilidad y a la solución de añejas problemáticas.
Ahora, como dice la canción después de los tiempos de amor vienen los celos, en una etapa difícil y de nueva generación que del pragmatismo del gobierno de AMLO, pasará a una segunda etapa a lo que han llamado el Segundo Piso de la 4T, y que será encabezado por Claudia Sheimbaum, una mujer “fría” pero con la sensibilidad y capacidad de gobernar con mano suave, pero muy firme, dispuesta a llevar al país por escenarios insospechados de avance, con mayor crecimiento económico y también mayor justicia social y entrar a una etapa del fin de la polarización para que en la unión de esfuerzos, las nuevas generaciones de mexicanos puedan vivir en seguridad, paz social y un marco legal más resistente que contribuya al imperio del derecho en unrégimen sin tanta desigualdad y de confrontación.
Después del 2 de junio, comenzará a despedirse con su gira del adiós del pueblo de México.
Para dar paso a una nueva historia que estará por escribirse, pero primero a esperar que se cumplan los tiempos electorales en dónde la población se dirige a darle su venia a la 4T, pero sin ser un cheque en blanco y por eso se esperan los pesos y contrapesos de toda democracia en los cargos legislativos.
Mientras , que este 21 de abril estará AMLO en el puerto de Veracruz, el origen de la tierra paterna en dónde encabezará la ceremonia de la defensa del puerto y en dónde por cierto abra orden y alegría a pesar de que los ex trabajadores portuarios pensaron hacer ruido, pero líder del movimiento Alejandro Pulido, conminó a la gente a mantener el orden y compostura, y seguir con los cauces legales a una lucha añeja de la que se culpa a Salinas y Zedillo como responsables de la requisa del puerto y sin pagos de adeudos a los verdaderos trabajadores de los sindicatos del puerto que pacientes siguen esperando justicia y que será un tema a darle solución definitiva por la futura gobernadora veracruzana.
Pero, por lo pronto el presidente AMLO, sostendrá una reunión con el dirigente portuario, Alejandro Pulido, para acordar una agenda de diálogo con vías de atender las demanda de los trabajadores portuarios en forma definitiva. Andale. Así las cosas.