
Raúl López Gómez/Cosmovisión
AMLO: beneficio de la duda
En un país en donde la mayoría de su población piensa y siente que todo está perdido, y por la apuesta a un cambio en el rumbo político, ya nada puede ni debe sorprender, porque por medio del voto se le dio el amplio respaldo a Andrés Manuel López Obrador en su llegada a la presidencia de la República a partir del 1 de diciembre.
Con las propuestas, promesas y cambios anhelados ofrecidos a las mayorías de este país, AMLO, llegó muy fortalecido al triunfo electoral con una ventaja muy relevante que lo pone en los cuernos de la luna y por eso los ojos del mundo están puestos en México.
Luego de la debacle política de más de ochenta años de gobiernos priistas, López Obrador, ocupará la presidencia con un partido nuevo como lo es Morena y con la certidumbre de que tendrá que construir un gobierno de transición.
Por eso, a nadie debe extrañar que en la ortodoxia política, el político tabasqueño otorgue un premio de consolación a quien fue su jefe en el Instituto Nacional Indigenista, Ignacio Ovalle Fernández, quien fue el encargado de desmantelar a la Conasupo en tiempos de Carlos Salinas y en el famoso neoliberalismo fue el que tuvo que sepultar al organismo que regulaba la venta de los alimentos básicos entre las clases pobres del país. Y fue quien ideo los tortivales.
Después de pasar esa etapa negra en su vida, en donde se dieron serias controversias legales y penales de las que Ovalle, salió bien librado, con el paso de los años se dedicó a dar conferencias para hablar del humanismo y la ética, con gran destreza.
En Veracruz en los tiempos del fidelismo apareció para ofertar sus conferencias y percibir de la ayuda de los amigos la colaboración para cuando menos subsistir con dignidad y categoría.
Ahora, después de varios años de estudiar, leer y de dar sus conferencias, el famoso Tigre, le hace un milagro muy comentado y reconocido para encabeza la Secretaría de Seguridad Alimentaria, con esto la oportunidad de limpiar el nombre y demostrar que los años en el salinismo, sólo cumplió con la labor encomendada de sepultar al organismo por el que se habían adquirido miles de toneladas de leche contaminada de Irlanda, afectada por el accidente de la planta Nuclear de Chernóbil.
La historia de la leche de esa época, causó muchos problemas al sistema político mexicano y por eso también se le sepultó en varias regiones del país, para intentar desparecerla, pero con la curiosidad de siempre, pronto aparecía pero se evitó el consumo humano, por su nocividad.
Nadie puede decir que de ese episodio negro del país, tuviera alguna culpa Nacho Ovalle, un figurón que por elevado nivel intelectual se desempeñó con cargos en la presidencia y la secretaría de gobernación, en tiempos de Luis Echeverría y hasta embajador en Argentina. Si un currículo impresionante que comenzó con don Gustavo Díaz Ordaz.
En la política existen milagros y el famoso Ignacio Ovalle, ahora será el encargado de una súper secretaria que tendrá la responsabilidad de hacerle llegar a bajo costo los alimentos básicos a la población de este país, incluida la leche, que en otra época tuvo que desaparecer a las empresas Liconsa y Dicomsa, correr a 20 mil trabajadores y desaparecer a más de dos mil de los expendios de la desaparecida Conasupo “Comisión Nacional de Subsistencias Populares”.
Nadie desconfía de este nombramiento, son otros tiempos y quizás lo mejor de todo, es que desde los propios priistas dicen que AMLO tiene razón porque, con los famosos funcionarios “ochenteros” Bartlett, Jiménez Spriu y Ovalle, existe más certidumbre que los chavos a los que se les dio poder en Veracruz y en otras dependencias federales, y simplemente de la noche a la mañana se hicieron multi-millonarios.
O sea con estos personajes que ya no hay peligro, porque llegan con la experiencia de que el poder sirve para vivir y no para servirse, decía don José López Portillo. Al tiempo. Sólo faltan los sobrevivientes de López Mateos que andan buscando ya en las catacumbas de este país y hasta de don Miguel Alemán Valdés. Del pleistoceno. Así las cosas.