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Carlos Ramírez/Indicador político
UV: alerta máxima
La gran preocupación de la comunidad de la Universidad Veracruzana prevale en torno al abandono de sus instalaciones y al contraste salarial desproporcionado de la rectora que percibe más de 195 mil pesos mensuales más bonos, prestaciones y compensaciones.
Ahora, a doña Sara Ladrón de Guevara, rectora de la UV, después de que se le conoció la adquisición de una mansión en 25 millones de pesos, la comunidad entró en histeria colectiva y existe preocupación por el destino de la máxima casa de estudios en la entidad en lo referente al manejo de los recursos públicos.
Existe una elite de costosos funcionarios en la UV, y por lo mismo, tendrán que entrar a las nuevas políticas de austeridad que implementara el nuevo gobierno federal encabezado por AMLO.
Las resistencias de los funcionarios de la elite burocrática de este país, ya son parte del día a día.
En la comunidad de la UV a la rectora y a algunos de los altos funcionarios los tienen bajo la lupa y son observados acuciosamente para de alguna forma impedir un mal que se va a prolongar cuatro años.
A la doctora Sara Ladrón de Guevara, ahora la reconocen como la “Fuche” en aras que con la fuerza de la comunidad derrocó al gobierno de Javier Duarte, quitó los sueños de continuidad gubernamental a Miguel Angel Yunes, y ahora se encuentra formando parte de las mieles del próximo nuevo poder estatal con Cuitláhuc García.
Nadie puede predecir el final de esta telenovela, pero la comunidad de la UV se encuentra en estado de alerta máxima para impedir que se utilice a la universidad con fines políticos
Y se recuerda que todo comenzó con la adquisición de los vehículos de lujo para los funcionarios y los viajes constantes al extranjero que fueron los malos presagios que al final de cumplieron.
Las instalaciones de los cinco campus se encuentran abandonadas y se espera a partir de ahora mayor respuesta de las autoridades a la solución de las verdaderas problemáticas que frenan el desarrollo académico.
A esperar todos los acontecimientos, que con toda seguridad, dicen los expertos son inciertos, inesperados y de pronóstico reservado. Que no se dieron ni en los peores tiempos de don Roberto Bravo Garzón. La comunidad en la UV ya despertó y ahora ya nadie la para.
La idea de la autonomía de la UV, jamás se pensó que acabaría con todo un movimiento de lucha de muchos años y mucho esfuerzo de varias generaciones.
En el campus de la UV en Boca del Río, en pleno inicio del nuevo ciclo escolar, las instalaciones estuvieron dos días sin energía eléctrica por una falla, que por fin de corrigió con la intervención de las propias autoridades de la vice-rectoría, también hay que decir lo bueno Así las cosas.