Carlos Ramírez/Indicador político
Cuando el pedir no empobrece pero el dar es el que aniquila, ahora dice el alcalde de Río Blanco, Ricardo Pérez García, su intención de ser candidato a diputado federal por Morena y la decisión al parecer es cuestionable acorde a los postulados del dirigente nacional, Mario Delgado, de que los grupos ligados al poder en turno se mantengan ecuánimes y sin las clásicas decisiones personales y sin consenso.
Pero, los primos incómodos Ricardo Pérez y Zenyazen Escobar, en la realidad tendrán que esperar definiciones, porque en la lucha de Morena desde la cúpula del poder, se han fijado los lineamientos y las bases para que nadie se adelante con decisiones personales a las reglas del partido. Y no coman ansias.
Pero, como dice la gente, si de querer se trata, es que ahora todos quieren y en la realidad no hay cargos de elección popular para tanta gente y menos si se trata de buscar un posición electoral con pocas posibilidades de triunfo ante una oposición desesperada y desenfrenada.
Que se calmen los ansiosos y adelantados, que lo que menos se quiere en el proyecto político morenista es que no se darán posiciones a cargos de elección popular, sin proyección de triunfo.
Y más aún, con el famoso voto diferenciado muy peligroso Morena en Veracruz, quiere asegura el triunfo presidencial y de la gubernatura del estado, pero para lograr el objetivo será necesario encontrar acorde a las encuestas a candidatos y candidatas que garantizan el triunfo y como diría el famoso don Mario Moreno, “ ahí está el detalle chatos”.
Más aún, si en el estado de Veracruz se trata de descargar y desconectar a todos los lazos familiares de los hombres y mujeres de poder del influyentísimo y nepotismo agónico, que puedan constituirse en un peligro en las urnas para Morena el próximo 2 de junio.
Porque las candidaturas a cargos legislativos federales y locales son y serán el soporte del nuevo Tsunami de Claudia Sheinbaum y de Rocío Nahle, respectivamente en la presidencia del país y en la gubernatura veracruzana.
Por eso, los que sueñan y seguirán soñando mejor que se calmen y que esperen a que se hagan los consensos pertinentes y objetivos, con los que la dirigencia nacional de Morena, pretende orden y disciplina en las postulaciones sin que nadie adelante vísperas o se les “quemen las habas”, por seguir enquistados en el poder y sin ver que los ciclos personales son unos y los de un partido político son otros.
O si sigue el descontrol en estos lares, no tardará el manotazo desde el palacio nacional, para que se calmen los ánimos y la sangre no llegue al río de ninguno de los grupos morenistas que juntos hacen corto circuito. Además de que andan más acelerados que una podadora, “calma veneno”. Andale.
Y en otro asunto, que en el Partido de Movimiento Ciudadano, el paisano Dante Delgado, siempre sí será quién encabece la candidatura presidencial para el 2024, con el plan B, pero que en la realidad lleva la fortaleza de entrar como una verdadera opción electoral diferente de cambio con presente y futuro que demostrará de que está hecho MC. Órale. Así las cosas.
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