Quirino Moreno Quiza/Repechaje
En la Meca de la política en el país, se percibe hasta el aleteo de una mariposa en la metáfora de Charles Darwin con su teoría de la Evolución de las Especies, adaptarse al medio o morir ante los cambios del planeta.
Por eso, Veracruz constituido en el centro del ojo del huracán, en el tema de la sucesión estatal, todos quietos, agazapados o embelesados en el arte camaleónico de la simulación, en donde muchos son expertos y hasta especialistas.
Todos los grupos políticos veracruzanos, esperando el arranque con el día “D”, pero de las ilusiones en los sueños, anhelos y esperanzas de que una decisión les cambie la vida, sí el destino de quienes conocen bien la jugosa ubre del presupuesto que se convierte también en el arte de vivir en el esplendor y la abundancia.
Mientras se acerca el día 6 de septiembre, todos esperan como cuando aquellas cartas a Santa Claus o los Reyes Magos, para después la amarga desilusión ante una decisión basada en el azar, lo que significa que se trata de una voluntad ajena de resultados insospechados
Y cuando no se siente ni la brisa del mar en estos lares, pronto llegará el día de la celebración de la euforia del sueño imposible quijotesco o del llanto amargo de la pena, con angustia y desesperación hasta la depresión cuan sensible tristeza de quinceañera.
Con dados cargados o no, con o sin acarreo, el Marqués de Macuspana, estará disfrutando de los acontecimientos de ese día para llamar a la solidaridad, sí a la unidad de todas las tribus morenistas con todo y su canibalismo perfeccionado a estos tiempos del poder de la Cuarta, entiéndase de ciclo de Transformación, y no la cuarta en la que muchos piensan, de aquellos “cuartazos” del infalible modelo de educación de antaño, inolvidable por los momentos de la santa lloradera.
Y sólo ahora, será similar el día aquél, cuando a finales de noviembre de 1993, se daba el destape oficial del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, y en donde vino la decepción a tal grado de la maldad humana de que a Carlos Salinas, se lo sacaron del camino en una forma de la rara ortodoxia política en este país, siempre de dudosa vigencia y realidad.
En Veracruz, existe un hervidero de cangrejos, y no de los que se comen las manitas, sino los de la otra especie en donde ninguno sale de la cubeta por la clásica miseria humana, ya conocida en la actividad política.
Por lo pronto, Sergio Gutiérrez Luna, el diputado federal oriundo de Minatitlán, rindió su informe de labores legislativas con las velas prendidas y en espera del milagro del que todos dicen como la canción de Héctor Lavoe, “pronto llegará el día de mi suerte”. Así las cosas.