Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Todos a lavar culpas en la costosa clase política mexicana, de todos los colores, acostumbrados a la “la dolce vita”, los carros de lujo, viajes al extranjero y servidumbre a todo lo que da como en tiempos de la colonia.
Llegan las definiciones, fracturas y negociaciones del momento álgido y peligroso para los que han aprendido por años a vivir del erario público, como si se tratara de vivir en el paraíso, en la abundancia pero en la metáfora con cuidado de no tentar a las serpientes del poder que pueden ser muy peligrosas, parafraseando al de las tepocatas y víboras prietas.
La hora crucial de mover las fichas de todos lados y los que ven que se acerca un problema, prefieren huir o pintar su raya como el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que abandona el barco de Movimiento Ciudadano al ver que se acerca la tormenta, y el capitán de la nave el veracruzano Dante Delgado, no suelta el timón para evitar dar el pantoque, ya escorados y haciendo agua, pero con los nervios muy templados a fin de no socorrer a ningún partido político del ayer o del presente que los lleve a la desgracia.
El dilema es grande entre las dos fuertes alianzas partidistas y de Movimiento Ciudadano como la manzana de la discordia, sin definición.
Se trata “diantre diablo como estar en un hormiguero,” o como cuando alguien alerta para que alborotan el avispero.
Porque, todos andan con sus expectativas de seguir en el poder, de conservarlo o de entrar a la catafixia para mejorar.
Que también, Samuel García, gobernador de Nuevo León por MC, pone su raya y el alcalde de Monterrey, Luís Donaldo Colosio Riojas, igualmente no quiere alianzas con nada que huela a PRI.
Por lo pronto, el Marqués de Macuspana, sigue listo como portero en los buenos tiempos del inmortal Jorge Campos, y no deja pasar nada al informar que el famoso Zoé Robledo, sigue al frente del IMSS y abandona su intento de ser gobernador de Chiapas para quedarse a continuar enderezando el tiradero que en materia de salud dejaron en el pasado y que con la pandemia todo se ha complicado.
Por cierto, al famoso “doctor muerte”, Hugo López Gatell, subsecretario de salud, se convirtió en el “negrito” del arroz y me va como en feria porque lo culpan de todos los muertos de la pandemia tanto Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez, qué en un debate a modo no debatieron y al alimón dieron rienda suelta a un discurso falaz y ofensivo en contra de la 4T que simplemente la gente no les creé.
La tlaxcalteca Beatriz Paredes, mujer inteligente, ahora sí culpó a Morena por los errores del pasado del PRI y de su derrota que ante el hartazgo de la gente, dice que fue un accidente el triunfo morenista de AMLO el 2 de julio de 2018 que por culpa del voto de los ciudadanos.
La realidad es que el Frente Amplio se desinfló y con experimentos sólo podrán llegar a las posadas en este año.
Por cierto, en San Andrés Tuxtla, la alcaldesa doctora María Elena Solana Calzada, hace historia al seguir entregando obras a la población como lo hizo en la congregación de Francisco J. Moreno, en donde puso en marcha la segunda etapa de la pavimentación de la calle principal.
La doctora Remedios, como le dice la gente de forma cariñosa está realizando una magnífica tarea en favor de la población de la zona urbana y de las más de 50 congregaciones.
Ha sido tanto en el éxito de la doctora María Elena Solana Calzada, que se dice puede ser llamada a otro cargo de elección popular por su excelente desempeño en San Andrés Tuxtla que tiene ya mayor relevancia por su amplio desarrollo turístico y de gran avance en la producción agropecuaria, entre otros rubros.
Y es tanto el avance en San Andrés Tuxtla, que desde el PRI andan queriendo regresar al municipio alborotar el gallinero con el cuento de brindar asesoría al sector agropecuario, que antes abandonaron. Así las cosas.