Raúl López Gómez/Cosmovisión
Entre los cuatro aspirantes del PRI al gobierno estatal, se muestran Anilu Ingram, Lorena Piñón, Pepe Yunes y Héctor Yunes Landa, quién es el único que lleva caminando más de seis meses, y además de su capital político de un millón 200 mil votos que no los tiene nadie, y Pepe Yunes con 500 mil, al parecer el choleño estará en la boleta electoral para la gubernatura de Veracruz en el 2024.
Héctor Yunes, va por la segunda y como un buen oportunista y conocedor de la política sabe que hay terreno fértil para enfrentar a Morena en todas sus debilidades y por lo mismo siente que hay que hacer la lucha por el bien de la democracia.
Y por lo mismo, la fuerza de Rogelio Franco, no es para que lo tengan guardado como un Nelson Mandela y lo hacen víctima.
Que se recuerde, Franco tuvo una precaria labor como secretario de gobierno y no se le recuerda como represor o violador de derechos humanos.
Yunes Landa, es el único que ha podido elevar la voz en favor de los ciudadanos y ahora lo hizo con Rogelio Franco Castán, recluido en prisión ya por dos años y hasta se dice preso político, porque no lo quieren soltar y en la realidad no representa un mayor peligro político que el de los pleitos que tenía con su esposa.
Más bien por un problema conyugal, lo tiene viviendo su peor pesadilla y no lo han dejado ocupar su cargo de diputado federal con el PRD.
Este lunes, familiares y amigos se reunieron en conocido café porteño de Veracruz para pedir justicia y que ya lo suelten de algo que no representa que amerite una venganza política.
Después de los ultrajes a la autoridad, (un supuesto jalón de camisa cuando lo detuvieron a un elemento judicial) debió salir de la cárcel, pero se la hacen cansada y la verdad no se sabe que se comió como para tenerlo detenido a la mala, dicen familiares y amigos del político perredista.
Rogelio Franco Castán, vive momentos de angustia y desesperación en la cárcel y él sabe que seguramente después de esta mala experiencia, lo mejor es que se retire de la política, porque esta pagando un costo muy caro a sus aspiraciones, que no ameritan toda la fuerza del Estado y la justicia en su contra, si no es un criminal.
Se dice, que Rogelio Franco, es uno más de los cientos de detenidos por el delito de moda, el de ultrajes a la autoridad y que ya se le dio otro nombre para proteger a los elementos del “orden”.
Los abogados tienen que saber su trabajo, para hacer valer sus derechos, e interponer recursos para demostrar su inocencia.
Esto no se resuelve con presiones políticas o mediáticas, sino con el imperio del derecho, que sigue muy firme en la justicia federal.
Otra cosa, como opositores a los de la alianza se les ve débiles y lentos, a los que se les ha sumado Ricardo Monreal y Dante Delgado de MC, en la causa de Franco.
En este caso que se vive en Veracruz, deben demostrar poder de negociación para poner en la mesa la libertad de los llamados “presos políticos”, y por eso deben luchar y presionar con inteligencia, porque a periodicazos, sólo se espantan moscas y cucarachas, cómo diría en sus buenos tiempos el abogado Ignacio Morales Lechuga poderoso secretario general de gobierno en tiempos de AAL.
La política es de acuerdos y como diría el filósofo de Tepito, Armando Ramírez: que tanto, es tantito.
Pero tampoco, le quieren aflojar a la cuerda muy tirante. Así como. Andale. Así las cosas.