Raúl López Gómez/Cosmovisión

Democracia secuestrada

El Instituto Nacional Electoral (INE) con Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, andan en campaña mediática hostil en contra del presidente AMLO y los Legisladores de Morena, que hacen el esfuerzo de quitarles filo a los usufructuarios de la democracia en el país y que hasta se sienten dueños.

Pagan sueldos miserables a los empleados del INE y los consejeros nacionales son la casta divina.

En los procesos electorales dan doscientos pesos a los funcionarios de casilla más la torta y el refresco y eso a veces.

Los capacitadores sin derecho a nada y con sueldos de miseria, mientras que los consejeros nacionales hasta seguro de gastos médicos mayores y un sinfín de beneficios costosos todo con cargo al presupuesto.

En las sesiones botana y el servicio de alimentación como Reyes feudales, pero no sé extienden al personal en las entidades federativas.

Y todo eso se acabó con el plan B del presidente AMLO, para poner orden en un Instituto que se ha escudado en detractores y enemigos de la 4T.

Las propuestas de la reforma electoral y política, les molesta a la élite de personajes de la alta burocracia del INE, que devengan sueldos y prestaciones ostentosas cómo jeques árabes.

El orden presupuestal, que se pretende implementar les duele y no se quieren bajar de una nube, que sus privilegios no corresponden al nivel de sacrificio del pueblo de este país.

El INE quedó convertido en un organismo de una “clase divina” diferente a la mayoría de los mexicanos, y simplemente no se quieren ubicar a qué en este país las cosas han cambiado y para mejorar a los del pueblo, siempre sacrificado y hasta discriminado por esos personajes que se sienten de “una raza superior”.

Cómo cuando Lorenzo Córdova, en un mensaje, se burló de las personas indígenas al parafrasear con burla, sorna y desprecio a un ciudadano del que se “mofo” al parodiar de una forma crueldad infame:  “yo jefe nación chichimeca…”https://youtu.be/9aT8wJSc2bA

La democracia debe mejorar y los funcionarios del INE se tendrán que ajustar a una realidad económica nacional de austeridad y del gasto público razonado. Así las cosas.