Gabriel García-Márquez/Sentido común
Los desencuentros y desacuerdos entre el senador Ricardo Monreal y el presidente Andrés Manuel López Obrador, son parte de una nueva cultura democrática en el país de libertad.
El fondo AMLO, le reconoce al senador zacatecano la fuerza de su carácter y de dignidad.
En esta ocasión, una abstención de Monreal de votar por el tema del control del ejército para la Guardia Nacional, fue parte de un debate mediático entre dos políticos de altura, sin que las ofensas sean parte del discurso.
Al presidente AMLO, en la conferencia mañanera del viernes, se le vio el rostro descompuesto, por la osadía del senador Monreal, que anduvo contento visitando librerías.
Dos palabras quedaron en el aire que se deben de analizar de los dos políticos, dichas en sus peroratas.
AMLO, uso el descalificativo de conservadurismo para Monreal, y este el de ingratitud para el tabasqueño.
Al final, se descargan emociones y la realidad de ambos, seres humanos tozudos de carácter y firmes en sus convicciones.
El presidente AMLO, no le reconoce al senador Monreal, la cuota aportada a la Cuarta Transformación de los avances legislativos aprobados en el senado durante los cuatro primeros años de cambios estructurales.
Ricardo Monreal, por su formación de abogado y de doctor de derecho y de orgulloso maestro de la UNAM, no cede a continuismos del pasado, que tanto costó quitar, tampoco al desconocimiento de la Ley, a la falta de respeto a la Constitución y a los poderes soberanos, ante la imposición de las ideas por encima del marco legal.
Monreal, defiende a la Suprema Corte de Justicia, que no resiste los embates desde el poder por las quejas del presidente, y cede ante presiones desde del titular del Poder Ejecutivo.
La militarización de las instituciones, en cualquier régimen es peligroso, y mas en un gobierno de civiles, impotentes a resolver la problemática nacional de inseguridad.
Hay ejemplos históricos en el país de estas trágicas situaciones en diversas épocas, sobre todo en la época reciente con EPN y los 43 jóvenes estudiantes normalistas, visto ahora como un crimen de Estado.
Que sea la historia la que decida y juzgue al final el destino del país. Y de ambos personajes luchadores sociales.
En el fondo, no se quiere el retorno de los tiempos de Felipe Calderón y de Genaro García Luna.
Ahora, Alito y el PRI aportan su cuota de exoneración a que el ejército siga de policía en las calles hasta el 2028.
El senador Ricardo Monreal, tiene más de 25 años de amistad y de alianza política con AMLO y fundador de Morena, ojalá y pueda resistir aún más, a los embates del poder en su contra, que intentan quitarle brillo y prestigio profesional de abogado constitucionalista, por decreto. Así las cosas.