Raúl López Gómez/Cosmovisión
En tiempos de la Cuarta Transformación, hay quienes han confundido política con grilla, y hasta quienes en aras de una falsa creencia andan con aquello de los escenarios para confundir, cuando en la realidad hay quienes se confunden hasta con su propia sombra.
La política siempre, desde el imperio romano y desde los griegos, se ha ocupado para servir al pueblo y a Dios, con aquellas antiguas frases de que el pueblo es la voz de Dios, y hasta se dijo, que al pueblo pan y circo, pero en los tiempos modernos, la forma de ejercer la política es otra.
La actividad política es sinónimo de servicio, diálogo, concertación de acuerdos, entendimiento, razonamiento, pero lo más importante es el imperio del derecho como el principal fin y el último que siempre se debe perseguir.
Servir con eficiencia, honestidad y calidad humana, son aspectos, sí factores que se han ido perdiendo con el paso del tiempo, y aun así cuando en el mundo aparecen los hombres y mujeres que han servido como elemento fundamental de la política, quedan de ejemplo, en el imborrable recuerdo de un legado transparente y postrero.
En ese tenor, entre los grandes políticos que han nacido en estas tierras veracruzanas, un lugar muy especial para el licenciado Ignacio González Rebolledo, a quien se le tiene presente siempre en un gran recuerdo de caballero, y de un personaje que en el servicio público se sublimó en acción es inolvidables por su bonhomía, don de gentes y muchos carismas a un talento innato y a una capacidad alcanzada y lograda a base del estudio y de superación, que después siempre dispuso para servir a los demás.
Su voz suena y resuena en la mente y el recuerdo de sus paisanos, de quien, en voz baja en claro ejemplo de humildad y sumisión cristiana, nunca hizo o tuvo un desplante alguno en el ejercicio del poder, sino únicamente para elevar la voz en caso de abogar por una causa noble y justa.
Don Nacho González, recordado siempre en las amenas platicas de sobremesa de la sana convivencia de aquellos tiempos en que los hombres y las mujeres de la actividad política del servicio público, como lo más elevado del ser humano para servir, se podía dar, y ver entre las cualidades de seres humanos normales y reales, que al emerger del pueblo, nunca olvidaron el origen, y menos a los suyos, a los iguales, a los de carne y hueso, que les afloran sentimientos y dolores, como a cualquier otra persona.
El licenciado Ignacio González Rebolledo, hombre cabal de pensamiento universal, que sin ataduras de colores o de ideologías, hizo ver a todos en el igual a igual, como lo mandata el sentido común de la legalidad, y de cualquier sentimiento o creencia religiosa, que por lo mismo superó siempre al creer que en la vida el ser humano es el beneficiario directo de un universo, que se alinea positivamente hacia las estrellas en una clara demostración de que la energía, sí el karma, ayuda, da y se regresa positivamente a quienes como este gran maestro de muchas legiones de políticos, discípulos, alumnos, amigos, colegas, compañeros o simplemente pares de una peña de café, o de fino diálogo constructivo se han podido encontrar esos milagros, que en la vida de un personaje como él, si se pueden dar, cuando resurgió de entre la sociedad en las redes sociales un S.O.S. de que don Nacho González, requirió de donaciones de sangre, si de esa vital liquido que no se puede comprar, pero si se puede lograr alcanzar, cuando es para alguien de las cualidades humanas de un ser admirable como lo ha sido siempre el licenciado González Rebolledo, y se dio el milagro de los muchos donadores, para su pronto restablecimiento satisfactoriamente, gracias a la disponibilidad cristiana o simplemente humana, para otro gran ser humano, que se recupera bien y con éxito.
Gracias a todos aquellos, los que han estado atentos y puntuales a su recuperación de un gran ser humano, son hechos igualmente que motivan y alegran la vida, para entender, que el mundo necesita, requiere y exige a muchos personajes, como don Ignacio González Rebolledo, quien siempre lo dio todo y sin esperar nada a cambio, y Dios o el Gran Arquitecto del Universo, le brinda una oportunidad mayor, de seguir en esta vida, y feliz de comprobar, de que no es cierto de que el hombre es el lobo del hombre, sino más bien, de que por “sus obras se les conocerá”. Así de simple.
Y ya, en otro tema de la otra política, sí la que está ausente sentido común, existe molestia, entre quienes se quejan amargamente de la estrategia de “acarrear” empleados estatales y municipales a un supuesto foro en Minatitlán el fin de semana de la diputada federal Rosalba Valencia.
Los empleados ahora convocan, a juntar evidencias, para denunciar ante Derechos Humanos esos efectos de quienes confunden a la Cuarta Transformación del presidente AMLO, que busca el bien, pero otros lo hacen haciendo el mal a sus semejantes. Así las cosas.