
José Ureña/Teléfono rojo
Hay quien quisiera conocerle todos los trucos al presidente AMLO, como el mago de la política, pero en la realidad ha demostrado conocer bien el oficio, al esconder realmente a la carta marcada de la sucesión, o simplemente cumplirá su amplia vocación democrática, y no meterá las manos en el proceso de elección interna en Morena.
Los expertos, no logran descifrar el enigma, mientras los detractores siguen en la resistencia del gobierno de la Cuarta Transformación, que llegó para reducir esa brutal brecha entre los ricos y los millones de pobres del país, que siguen viviendo la luna de miel con el político tabasqueño.
Los que pretenden adivinar el pensamiento de AMLO, a sus difíciles decisiones se han topado con pared, porque el hombre fuerte de Tabasco, Chiapas y Veracruz –hibrido—de muchas singladuras en la actividad política y conocedor de los sótanos del poder no se ha dejado deslumbrar, ni con halagos, ni con los reflectores que desde el inicio del mandato, simplemente se quedó con la agenda mediatica, la agenda económica, la agenda científica y todo lo que signifique poder.
Mientras sus detractores lloran y se quejan amargamente, pero no hacen nada por los pobres, Andrés Manuel López Obrador, sigue en esa lucha histórica de reivindicar a los pobres de este país, e incluso apretando a los clase-medieros que pagan impuestos, para que se ubiquen. Andale.
En la aguda lupa de los observadores, que hoy ven todo y antes no vieron nada, se siguen desgarrando las vestiduras por los noventa años de del PRI y de sus aliados, y aquí simplemente los que lograron abandonar al Pritanic, ahora andan trepados en el arca de Morena, aunque se mozos y grumetes, pero ya andan arriba como piratas y filibusteros, a la caza de lo que se puedan llevar.
En el tema sucesorio presidencial, los tres fuertes aspirantes de Morena, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal, andan ya en un verdadero empate técnico en las preferencias y simpatías de un posicionamiento muy elevado.
Enfrente, en el bando opositor, el único sólido como adversario, es el veracruzano, Dante Delgado y su Partido Movimiento Ciudadano, del que volvió a tomar las riendas de la dirigencia nacional y con un discurso serio y propositivo se dispone a entrarle a la contienda electoral en el 2024, seguramente como el más férreo opositor de AMLO, de Morena y sus aliados y de la Cuarta Transformación.
La postura se le respeta al famoso Dante Delgado, pero los escépticos de siempre lo dan por muerto, olvidando que en la democracia se pierde y se gana, como le sucedió a AMLO, que nunca se desesperó en su intento de llegar a la presidencia del país.
Y así Dante, asegura, afirma, dice y expresa tajante que no quiere “desechos” de otros partidos, y por lo mismo está adelantando que la candidatura presidencial de su partido, la tiene reservada para sí mismo, y sin duda será el Maquío de antes, o el Colosio del PRI en el 1994, o el AMLO de todas las fallidas intentonas, hasta que en el 2018, le atendieron su carta los famoso Reyes Magos, a los que ahora también les escribe el zacatecano, Ricardo Monreal, porque como su amigo el tabasqueño, sin duda es un hombre de fe, estoico y luchador.
La preocupación más seria en la política nacional, estará en el estado de Veracruz, que vuela por instrumentos, y antes de que se caiga, seguramente se tendrá que dar un golpe de timón en estos lares, en donde Sergio Gutiérrez Luna, ha demostrado ser el político que se ha mostrado como toda una revelación en las fuerzas de Morena y de la Cuarta Transformación.
Y por cierto, en el tema de la elección del Puerto de Veracruz, la militancia del PAN y sus aliados está firme y agrupada, por lo que sin problema se pueden ya adelantar los augurios de que en las buenas y en las malas, están listos para hacerle frente a todo los obstáculos que les pongan en frente.
Aquí, no hay duda, no hay un súper candidato o candidata, que puedan darle una real disputa a la militancia panista, que esta, muy sólida, organizada y experimentada, pero además la gente ha visto a los municipios gobernados por algunos morenistas, que están para llorar, y simplemente no aprenden a gobernar y con toda la mesa servida. Al tiempo. Así las cosas.