La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
AMLO y Beatriz
A un mes de que finalice el proceso electoral por la presidencia del país, y que por la intensa disputa a eclipsado a las otras competiciones electorales por gubernaturas, senadurías, diputaciones federales y diputaciones locales, en ocho entidades y hasta del jefe de gobierno –que será jefa—en la ciudad de México, existe una guerra de tinta entre columnistas y medios de comunicación que desconocen que la mano que mece la cuna los pone a discrepar y hasta pelear.
Ahora, se habla más de AMLO que de todos los candidatos en un proceso histórico en el que se disputan varios miles de posiciones de elección popular en este país con la unificación de un calendario organizado por el INE.
Los que escriben de uno y otro lado, es precisamente definir lo que viene y que ya no tiene más papel de donde cortar y ahora sólo se habla del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, por la presidencia de este país, sumido en pobreza, desesperación y el hartazgo de la gente, que son los ingredientes principales del éxito masivo del político tabasqueño y de los otros aspirantes de Morena, van trepados en esa ola.
Pero también, hay que decirlo el efecto EPN, ha sido el que más ha beneficiado al que deja de ser el “Señor López”, para convertirse en el hombre de todas las virtudes de este país, como ha sido siempre en el modelo presidencial a ultranza.
Ahora, después del voto de castigo en contra del PRI, y que el aderezo de descontinuar o descarrilar al PAN y sus aliados PRD y MC, con su candidato Ricardo Anaya y las demisiones de sus ex amigos de grupo, que casi pulverizó al panismo desde el poder oficial, todas las ventajas se conceden al “virtuoso” de un proceso construido a modo y en donde se le ha dado el clásico empujoncito.
Ahora con la crisis del efecto Peña, que con el aumento a los precios de gasolina, diesel y luz, la gente debe agradecer que se deje de usar el automóvil como una “medida ecológica”, que además se opte por el modelo del vegetarianismo, por los altos costos de la carne, pollo y todo tipo de embutidos.
Con lo que de por sí ya la población esta como en Venezuela, sin probar carne y obligada a caminar o hacer uso de la bicicleta con fines de “ejercicio” obligado, más lo que se incrementó en el tema de que todos entraron al régimen fiscal de contribuyentes que expiden facturas, se tiene que agradecer como un modelo ejemplar de país avanzado.
También, hay que decirlo las grandes obras como la del aeropuerto que se hacen con fondos de las afores y se demuestra que México es un país de primer mundo, con población que se alimenta y vive como en el tercer mundo, lleva a toda una realidad.
El conflicto de que creció la rifa del tigre, entre los que se dedican a la política y viven mejor que los ricos y sin trabajar mucho –a medio gas—y la enorme legión de pobres, clasemedieros y de ricos venidos a menos, que dejaron de tener ese nivel de compra, a causa de una recesión que se oculta que se vive, se padece y que se siente en las economías domesticas, en los bolsillos de la gente y hasta en el incremento de la delincuencia común con el robo de famélico a las tiendas de conveniencia como algo que crece.
La falta de empleo, la ausencia de una derrama económica con la famosa obra pública que se no se siente como verdadera derrama en los sectores primarios y la lucha entre quienes debaten sobre percepción y realidad. Es algo generalizado.
López Obrador, ya embriagado con la soberbia que le da ventaja con el efecto Peña, puede hacer de todo y hasta como en el arca de Noé, subir al barco a toda clase de especímenes aunque tengan dudosa procedencia.
En Veracruz, con una población súper politizada como dicen los chavos, se la va a pelar, y por lo mismo quedará entre los pocos bastiones de legitima lucha electoral opositora al Peje, que ahora aplica el régimen de “toma todo”, igual al modelo que antes tanto criticó, lo que significa que llegará ahora sí con un priismo más que dimensionado pero con el estilo de la Morena de fuego.
Ahora bien, la única salida a que la esperanza fracase, está en la esposa de AMLO, Beatriz Gutiérrez Müller, una mujer intelectual que seguramente llevará las riendas, las faldas y los pantalones bien puestos, y eso por el momento es una luz al final del túnel de que el cambio será sin mucho dolor.
Cuando el Peje, abrió las puertas de su departamento de tres recamaras al periodista de TV Azteca, Javier Alatorre, presumió la gran biblioteca de su esposa y la camiseta del América de su pequeño hijo.
Ojala y se evite el mal de más de lo mismo y se de la alianza con las televisoras algo que tanto critico López Obrador, cuando reclamaba a la gente, al recomendar que no viera tanta televisión.
Con la “peje manía” encima, y que después se dé cuenta de que los problemas y atraso social no se resuelven en un sexenio, y esto se va a prolongar más aun, con la llegada de ya saben quién, si de AMLO.
Su esposa Beatriz Gutiérrez, que habló muy bien en un acto de campaña en Minatitlán en donde dijo, que llegó el fin de la primera dama en este país, por fin se dio una buena noticia, que abona a quitar la incertidumbre y el nerviosismo prevaleciente de los mercados.
La futura presidenta del DIF será toda una Evita Perón, y aquí está la fortaleza del político tabasqueño de cuando menos ganar terreno a quitarle peso a los años que es mejor y a la gran empresa que le espera, que no está fácil como dice.
En otro asunto el fiscal veracruzano, Jorge Winckler, informó en tiempo y forma a los más importantes medios de comunicación del país, sobre la orden de aprehensión en contra de Karime Macías Tubilla, esposa del ex gobernador Javier Duarte.
La noticia alcanzó el más alto rating de los últimos tiempos, incluso dejó fuera otras notas de carácter electoral.
El desempeño del maestro Jorge Winckler, ha sido reconocido por propios y extraños y esto habla muy bien de quien está llevando a la procuración de justicia a un nivel de avance, sin precedente alguno en tierras veracruzanas, a pesar de los esquizofrénicos que equivocadamente le pretendieron dar un sesgo electoral sin resultados, a una acción histórica y que habla ya de otra época de legalidad sin parangón. Así las cosas.