Carlos Ramírez/Indicador político
La guerra en los medios
Filiberto Vargas Rodríguez
¿Por qué recurre Javier Duarte a las redes sociales para responder a los ataques mediáticos de Miguel Ángel Yunes Linares?
Porque Twitter es el único medio al que no le debe y le publica todo sin previo cobro.
Las condiciones cambiaron. Los propietarios de medios de comunicación están convencidos de que Javier Duarte ya no les pagará lo que les debe, y la única posibilidad que ven para recuperar esos pasivos (y además seguir facturando al gobierno estatal) es congraciándose con el próximo Gobernador.
Con esa lógica, ya los medios de comunicación le regatean a Javier Duarte sus espacios, mientras que a Yunes Linares le brindan, sin condición alguna, las posiciones preponderantes.
Ya no hay operación. Ni Alberto Silva, ni sus más cercanos colaboradores (Leopoldo Pascacio, Sergio González o Julio Hernández) pueden conseguir espacios o comentarios favorables para el mandatario estatal. Es más, ya ni les toman las llamadas. Eso se perdió desde la oscura etapa de Juan Octavio Pavón, quien se ufanaba de haberle «ahorrado» a la administración estatal lo que él consideraba «despilfarro» en comunicación social.
Hoy se están viendo las consecuencias.
Este miércoles el Gobernador electo de Veracruz recibió a la dirigente nacional interina del PRD, Beatriz Mojica Murga y aprovechó para insistir en cuestionar el comportamiento de Javier Duarte. Informó que recurrió a la justicia federal para obligarlo a que le entregue la información que requiere para la elaboración de su Plan Veracruzano de Desarrollo y criticó que pretenda pagar adeudos con medios de comunicación «que se prestaron para la guerra sucia», con fondos del impuesto a la nómina.
A todo ello, Javier Duarte respondió por Twitter:
«Respeto la decisión de M. Yunes de continuar su campaña de odio, puede denunciar todo lo que quiera, sin embargo sus denuncias son puro show”.
Más adelante amplió el comentario:
«El pleito y el enfrentamiento pueden servir en la coyuntura a un gobernante para ganar simpatías pero al final la que pierde es la sociedad”.
Y la presión mediática comienza a dar resultados. Francisco Portilla retiró su candidatura a ocupar la Fiscalía contra la Corrupción, el World Trade Center no será donado al IPE, y la donación de la Casa Veracruz será sometida a la votación del Pleno en el Congreso local donde -como ya se vio la semana pasada- Javier Duarte ya no tiene todos los votos.
Mientras eso sucede en Veracruz, en Chihuahua, el otro Duarte (César) consiguió que la Legislatura local, con mayoría priista y partidos afines, le autorizara un aumento a la deuda estatal por 6 mil millones de pesos.
Con 23 votos a favor, 8 en contra y dos ausencias, el Congreso de Chihuahua autorizó a elevar la deuda del Estado a 50 mil millones de pesos, a pesar de las protestas del Gobernador electo de aquella entidad, Javier Corral.
Acá están pendientes otras iniciativas del Gobernador, como la basificación de miles de burócratas, o la vinculación del impuesto a la nómina con el pago del pasivo circulante, lo mismo que el nombramiento del Fiscal contra la Corrupción, de los nuevos magistrados del Poder Judicial, y del próximo Contralor General del Estado.
Mientras Veracruz vive todos los días una desgastante batalla entre sus dos gobernadores, en la ciudad de México, el responsable de la gobernabilidad del país, Miguel Ángel Osorio Chong, sigue deshojando la margarita, para decidir si desaloja por la fuerza a los miembros de la CNTE de las carreteras, desde donde tienen secuestrados a los habitantes de Oaxaca.
Ya habrá tiempo, más adelante, para poner atención a Veracruz.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.