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XALAPA, Ver., 27 de septiembre de 2016.- Las crisis son para morir, o renacer, y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) está en la peor crisis en su historia, sin ideología, sumido en el populismo, alejado de sus principios, tenemos que romper con la generación que le falló al partido, señala el expresidente de la Fundación Colosio en Veracruz, Inocencio Yáñez Vicencio.
En este sentido explica que la decisión de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria de quitar sus derechos partidarios al gobernador Javier Duarte, así como exfuncionarios y notarios, no podía ser de otra manera, ya que el partido que una vez fue hegemónico no supo enfrentarse a la modernidad, a las alternancias, cuando perdió la presidencia no supo ser alternativa, se fue al centro, a un punto muerto.
Dice que se abandonaron tareas fundamentales de partido como formar cuadros de gobierno, “el oportunismo con nombres muy elegantes como pragmatismo; pasamos de ser un partido guía a uno complacetodo, que se deslizaba hacia el centro, que es un punto totalmente muerto”.
Reprocha que las decisiones en el PRI no se toman a partir de la discusión y método, sino que simplemente hay una disciplina jerárquica, “nada horizontal”, donde nada se discute, todo se aprueba, y eso ha dañado al partido.
Y ahora, agrega, “de ser un partido que creó el Seguro Social, que expropió Pemex, la CFE, hoy concretó unas reformas malditas que retornan a la iniciativa privada, y lo que es peor, al capital privado internacional extranjero” las instituciones que el mismo partido fundó.
Pero esto, aclara el ideólogo priista, es parte de «una cultura que nos han inculcado, autoritaria, absolutista, donde el poder reace en la gubernatura, en el caso de los estados”. Y en ese sentido, Yáñez Vicencio señala que el causante de la crisis del PRI en Veracruz fue Fidel Herrera Beltrán.
Ahí comenzó la corrupción más evidente que derivó en un partido enfermo, al querer dejar en el poder a los hijos de los políticos, los juniors, “yo detecté de inmediato de ese plan por mi amistad con Fidel y con su esposa, Rosa Borunda, y le dije, eso es una infamia.
Y lo publicó en un artículo por el que dice, fue censurado en su sexenio, “sostenía que si el PRI se quería abrir a los jóvenes, que fueran los de los talleres, las fábricas, de las colonias, de las universidades, pero no los Juniors, a estos niñitos perfumaditos, una generación probeta, que desconocieron, pisoteron todos los derechos, para imponer a esa generación”.
Dice que si robaron y cometieron todo tipo de excesos fue porque así entendían la política, porque esa cultura se les inculcó desde sus padres, encumbrados políticos. “Fueron educados para enriquecerse, aquí y ahora”.
El PRI tiene que romper con ese grupo, con esa generación de políticos que crecieron al amparo y con el mecenazgo de Fidel Herrera Beltrán, “porque ya no hay tiempo, urge abrirse a la sociedad”, ante los escenarios electorales que se avecinan.
Dice que el partido en Veracruz necesita una persona como Víctor Arredondo en la dirigencia, “pero independientemente, el PRI tiene que comenzar a preparar cuadros”, evitar a los candidatos advenedizos.
Veracruz, dice, es el pero síntoma de la crisis en la que se encuentra el PRI a nivel nacional, donde el presidente priista Enrique Peña Nieto tiene una aprobación de sólo 26 por ciento, el mandatario peor calificado en la historia de las mediciones.
“Antes había grandes oradores, grandes políticos, pero al partido lo fueron llenando con lugartenientes, con la servidumbre, el cuñado, la esposa, el esposo, y los méritos se hicieron a un lado… es un acto de arrogancia de decir: yo puedo poner a esta nulidad como diputado, como senador, como gobernador”.
Nuestro verdadero adversario, agrega finalmente, no tiene ni siglas ni rostro, es un problema cultural, es el antipriismo exacerbado, “estamos en una crisis, pero las crisis son para morir, o para nacer”.