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MINATITLÁN, Ver., 23 de noviembre de 2024.- El pasado 20 de noviembre, se llevó a cabo en el Juzgado Especializado para Adolescentes, ubicado en la congregación de Palma Sola, en el municipio de Alto Lucero, la audiencia intermedia por parte del juez Enrique Antonio Francisco, quien celebró acuerdos probatorios en contra del agresor sexual de una menor estudiante de la Escuela Secundaria Técnica Industrial número 88, de Minatitlán.
El caso ya fue turnado a la audiencia de juicio oral, ahora con la jueza especializada en Justicia para Adolescentes, esto por fin después del calvario que ha sufrido la madre de la menor, Macaria Cruz López, acompañada de los abogados Emmanuel Sosa Fajardo y César Jaime Asencio, en su búsqueda de justicia para su pequeña hija.
Ante esta situación y con el afán de llegar a los oídos de las autoridades que faltan por conocer el caso, familiares, amigos y ciudadanos que la apoyan en su causa redactaron una carta.
Una madre contra el sistema: la lucha de Macaria Cruz por justicia para su hija
Macaria Cruz López, una madre valiente, enfrenta un sistema que parece darle la espalda. Su historia, marcada por la negligencia y el desinterés de las autoridades, está tocando corazones y encendiendo una lucha por justicia en Minatitlán.
El dolor de Macaria comenzó cuando su hija, una estudiante de la Escuela Secundaria Técnica Industrial número 88, fue víctima de un acto que nunca debió ocurrir. Según Macaria, el personal de la escuela falló en proteger a los estudiantes, permitiendo que sucediera un delito dentro de sus instalaciones. A pesar de que este caso está relacionado con un proceso penal por violación, que ya se encuentra en su etapa final, la Fiscalía General del Estado ha decidido no llevar la investigación a juicio, argumentando «falta de pruebas».
¿Falta de pruebas o falta de voluntad?
«¿Cómo pueden decir que no hay pruebas cuando ellos mismos vincularon este caso con otro proceso penal? Mi hija merece justicia, y no voy a detenerme hasta que se haga lo correcto», declara Macaria con determinación.
La Fiscalía no sólo ha decidido cerrar los ojos ante este caso; también ha negado a Macaria el acceso a información crucial de la investigación. Esta falta de transparencia y acción representa una traición a las víctimas y sus familias. Además, viola principios fundamentales como el interés superior del niño, consagrado en la Constitución y en tratados internacionales.
Lo que Macaria exige es simple y justo:
¿Por qué este caso importa a todos?
No es sólo la lucha de una madre; es la lucha de todas las familias que esperan que las escuelas sean un lugar seguro para sus hijos. Es la lucha de quienes esperan que la justicia actúe con integridad y humanidad. Este caso expone cómo un sistema burocrático puede aplastar los derechos de los más vulnerables.
La Convención sobre los Derechos del Niño y el artículo 4º de la Constitución Mexicana establecen claramente que el interés superior del niño debe guiar todas las decisiones de las autoridades. Sin embargo, en este caso, pareciera que esos principios han sido ignorados.
¿Cómo puedes unirte a la causa?
No basta con sentir indignación. Necesitamos actuar. Firma peticiones, comparte esta historia, habla con tus representantes y exige que este caso reciba la atención que merece. Macaria Cruz no debería estar sola en esta lucha.
Esta es una causa que nos pertenece a todos. Lo que le pasa a Macaria y su hija podría pasarnos a cualquiera. Hoy es su lucha, pero mañana puede ser la nuestra.
La justicia para Macaria y su hija también es justicia para todos los niños de México. Unámonos por ellos.