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Gabriel García-Márquez/Sentido común
XALAPA, Ver., 20 de agosto de 2017.- La iglesia católica calificó como una perversa planeación “que va más allá de dos años” el volumen VII del Plan Veracruzano de Desarrollo (PVD) y las recientes iniciativas presentadas en el Congreso local que atentan “contra la vida y la familia natural”.
Con ello, se sientan las bases para que el Estado de Veracruz se convierta en un continuo agresor de la familia y de la vida humana, dice.
En su comunicado dominical, asegura que en el documento, en asuntos de la vida y la familia, es una auténtica amenaza para las familias y las personas veracruzanas. A través de un lenguaje de términos no acordados que se asumen como verdades absolutas, se pretende imponer los postulados de la ideología de Género que destruye a la persona.
La iglesia católica critica que a cuatro meses de haberse reformado el artículo 4° de la Constitución Política de Veracruz, donde se protege la vida desde el momento de la fecundación hasta la muerte natural, ya se estaba anunciando nuevamente una reforma para modificarlo, “miles de voces veracruzanas representadas en esa reforma ahora vienen negadas por unos cuantos ‘ilustrados’; además de promover un proyecto de reingeniería social con desplazamientos semánticos sobre la familia en el matrimonio”.
Algunos académicos de la Universidad Veracruzana indebidamente se presentaron como la voz y la voluntad de los veracruzanos y dibujaron el nuevo rostro de nuestro estado para imponer una agenda extranjera.
“Con el supuesto de una consulta popular, cuya ideología resulta muy dudosa, algunos ‘ideólogos’ de la Universidad Veracruzana redactaron un plan anti-vida y anti-familia claramente tendencioso que lejos de ayudar a resolver los problemas de nuestro Estado, solo contribuye a su descomposición”.
Para la iglesia, este “perverso proyecto” se presentó como la panacea que daría respuesta a las necesidades de los veracruzanos en asuntos de familia y de vida.
“El análisis meticuloso de este volumen VII del PVD lleva a la conclusión de que este plan cristaliza los intereses de una agenda mundial y extraña que no responde a los intereses, necesidades y aspiraciones de la sociedad y de las familias veracruzanas. Estamos frente a un colonialismo racial que pretende imponer el pensamiento único con una nueva reinterpretación de términos.