Raúl López Gómez/Cosmovisión
*Los cien días de López Obrador
Está de moda analizar los primeros cien días del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, presumiendo que en este poco tiempo se va a marcar la tendencia del régimen del tabasqueño.
En realidad, es difícil que el nuevo gobierno marque en estos cien días lo que debemos esperar los mexicanos de su gobierno.
Para darnos cuenta de lo que significa este arranque de gobierno, basta con regresar el calendario al año 2000 cuando avanzaba el primer gobierno de alternancia, encabezados por Vicente Fox, quien, según su dicho, logró sacar a patadas al PRI de Los Pinos.
En ese entonces también se habló mucho de los gobiernos priístas, plagados de corrupción y malos manejos de los dineros, y se amenazaba con una caería de peces gordos, que le encargaron a Francisco Barrios.
El tiempo paso, se fueron los 100 días, 200, 300, un año, dos y más, pero nunca cayeron los peces gordos.
Hoy se habla de la cacería de ratas de todos tamaños y se endilgan al régimen de Enrique peña Nieto, y una corrupción enorme, imposible de ocultar y lo culpan del “desastre” económico que le heredo al gobierno lopista.
Sin embargo, en estos primero cien días del ginebrino, no ha podido cuadrar ninguna acusación seria contra Peña Nieto y su gabinete, vamos ni siquiera contra el propio ex presidente.
Todo se ha manejado, manipulado, en las redes sociales, pero ante la flamante Fiscalía General de la República, Que encabeza Alejandro0 Gertz Manero, no se ha presentado ninguna denuncia.
En cambio, López Obrador ha tenido que sacar la cara por varios de sus colaboradores, que han sido sorprendidos en malos pasos o que han dejado cola a su paso por la administración pública.
Lo cierto es que es muy temprano para juzgar el gobierno de AMLO, y se puede decir que han habido cosas buenas y algunas malas, como siempre.
EL PULSO.- Por cierto, dentro de las cosas negativas, habrá que cargarle a López Obrador su confianza de que solamente porque el lo dice, la gente va a caminar derechito, y que los malosos que siguen haciendo de las suyas, como ocurrió recientemente con el secuestro de 22 supuestos indocumentados centroamericanos. Se los llevaron grupos armados, en una clara privación ilegal de la libertad, pero López Obrador y su secretario de seguridad pública, Alfonso Durazo, se sacaron de la manga que no hay tal secuestro, sino que fueron “polleros” los que bajaron del autobús que se dirigía a Reynosa, a los desaparecidos, pero para cursarlos a los Estados Unidos. No vayan a aparecer los cuerpos enterrados, como ocurrió en 2010 con un grupo numeroso de centroamericanos, porque entonces si va a arder Troya*** En donde todo ha cambiado, pero para mal, es en la Cámara de Diputados, ahora gobernada por Porfirio Muñoz ledo y Mario Delgado Carrillo, quienes han metido a mucha gente, desplazando a los que sabían hacer la chamba, pero que no eran de su confianza. Bueno, con decir que hasta las concesiones de los restaurantes cambiaron asignándolas sin licitación a gente más afín. Lo que no han podido, pero en eso están, es cambiar las sucursales de Banorte y BBVA-Bancomer, que tienen años operando en San Lázaro. Es que alguien con mucha influencia hace negocios con Santander y busca meterla con calzador al recinto legislativo.