
Raúl López Gómez/Cosmovisión
@pablojair
+ Mandan mensajes a los adelantados y chantajistas.
Muy raro eso de que no estuvo
el hijo del Huey Tlatoani en el Consejo
–Chopenjawer
La fotografía dice mucho: el flamante jefe de la bancada de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, aparece relegado, sentado en una silla a la orilla de la fila, apartado del centro, del grupo del poder.
En el orden de importancia de los asientos, le dieron más relevancia al columnista Pedro Miguel (autor de “Navegaciones”, que se publica en La Jornada), quien se sentó a su lado. También fue distinguido el monero Rafael Barajas “El Fisgón”, quien se encontraba más cerca del centro del presidium.
La imagen es evidente: Adán Augusto luce “apestado”.
No es para menos. Aunque tiene todavía simpatizantes (que le gritaron “¡No estás solo!” en el Consejo) y uno que otro despistado fan, Adán Augusto se ha ganado a pulso el repudio de sus propios correligionarios.
Creo que el primer tropezón del tabasqueño fue haber tenido acercamientos con los Yunes (Miguel padre y “Miguel Chiquito”) para negociar su voto en el Senado y sacar adelante la Reforma Judicial. No me malinterprete, fue una buena operación política, al grado de que se sometió a los Yunes a un escarnio público que todavía no termina.
Lo peor: Adán Augusto se emocionó tanto con su nuevo mancebo (“Miguel Chiquito”), que le dio responsabilidades dentro de la bancada y hasta lo llevó a afiliarse a Morena.
Sí, estaba cometiendo la misma estupidez que hicieron los antiguos panistas de Veracruz cuando les abrieron las puertas a Miguel Ángel Yunes Linares y les invadió el partido. Afortunadamente echaron para atrás la afiliación y Adán Augusto tuvo que tragar sapos sin hacer gestos.
Pero ha habido otras señales del tabasqueño para hacer pensar que de repente la soberbia ya lo rebasó y llega hasta faltarle el respeto a la Presidenta Claudia Sheinbaum: ocurrió el 9 de marzo de 2025, cuando Adán y Ricardo Monreal prefirieron darle la espalda a la mandataria para tomarse una selfie, con otros pazguatos, en una asamblea informativa realizada en el Zócalo de Ciudad de México.
Dicho esto, volvamos a lo que pasó en el Consejo.
Insisto, para los que les encanta ese deporte de los simbolismos o la semiótica, la imagen dice mucho sobre la posición donde hoy se encuentra el legislador.
De haber sido favorecido y arropado, el tabasqueño habría estado al centro, pues es —ni más, ni menos— que el jefe de los senadores.
El que previó el escenario anterior y evitó los abucheos, los desprecios y las jetas, fue precisamente el jefe de los diputados, Ricardo Monreal, quien de plano dijo que tenía un asunto familiar y que lo disculparan. (La maaaanga, bien sabía que le iban a echar calabaza).
Con esto se confirma que ha sido una semana difícil para Adán Augusto. Ya hasta hay rumores de que va a renunciar a la coordinación de la bancada.
Y es que en los días recientes, el tema en la agenda pública fue Hernán Bermúdez Requena, ex secretario de Seguridad Pública en Tabasco, a quien busca el gobierno federal y la fiscalía por su presunta vinculación a un grupo de la delincuencia organizada. Bermúdez Requena era subordinado de Adán Augusto cuando éste era gobernador.
Toda esta semana que pasó, el “moco” le cayó a Adán Augusto; se escondió un buen rato hasta que de plano —por la presión mediática— salió a decir el viernes que estaba a la disposición. Este domingo, llegó al Consejo Nacional, pero evitó dar mayores declaraciones.
Y sí, cuando fue presentado, sus amigos morenistas le gritaron “¡No estás solo!”… Pero a veces aunque se esté rodeado de compas, la soledad es cabrona… Y el político lo sabe más. Esa fría soledad cala más hondo.
Pero así como gritaron “¡No estás solo!”, también hubo alguien que gritó “¡Fuera los Yunes!” y eso también lo embarra, pues nadie olvida quién fue el “babas” que pretendía meterlos a Morena pese a todo el excremento que han echado.
Eso sí, Adán no salió vapuleado, no le hicieron “bullying” sus compañeros. No obstante, su posición en la foto y su muy discreta presencia, lo denotó todo sin decirse nada: se supone que no está solo, pero políticamente sí lo está.
Mínimo, en la cúpula “morenista”, ya no tiene cabida.
ÚNICA NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: “Aquí no puede haber lugar para quienes están dispuestos a poner en riesgo la unidad del movimiento con tal de obtener un cargo o una candidatura. Eso no puede ser la continuidad de nuestro movimiento, que exige unidad, compromiso, y una base militante que no se doble, ni se divida frente a la adversidad, mucho menos frente a aspiraciones personales. Por eso este momento que vivimos, nos obliga también a reafirmar el valor fundamental: la lealtad, no a personas, coyunturas o conveniencia, sino a los principios y a las causas que nos dieron origen (…) Nadie tiene derecho a adelantarse ni a imponer su voluntad ni a chantajear con la ruptura si no se le concede aquello a lo que aspira. La democracia interna no es un adorno, es una condición indispensable para que MORENA siga siendo el instrumento del pueblo y no un vehículo para satisfacer ambiciones personales”… Así lo dijo el presidente del Consejo Nacional del Movimiento Regeneración Nacional… Ahí te hablan, Manuel Huerta.