Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
¿No podemos estar peor?
En distintos lugares se oye la expresión de que no importa si gana López Obrador: “hay que darle la oportunidad, al cabo que no podemos estar peor que como estamos”.
Cuidado, eso nos puede costar una catástrofe económica, social y política.
AMLO repite una y otra vez que no conoció a Chávez ni conoce a Nicolás Maduro.
Eso no es ningún deslinde. Calderón y Fox conocieron a Chávez, Peña Nieto conoce a Maduro, y eso no los hace chavistas.
La respuesta de AMLO es una excusa para no deslindarse de ese régimen autoritario y de economía socialista.
No ha habido un solo deslinde del chavismo hecho por López Obrador. ¿Por qué? Porque piensa como ellos: cree en la economía socialista.
Los presidentes de los partidos que apoyan su candidatura presidencial, salvo el PES, han externado su apoyo y solidaridad con el gobierno de Venezuela, al que exhortan a defenderse “del golpismo”, es decir, de la oposición.
La falta de un deslinde de la economía socialista de Venezuela, es porque AMLO piensa como Chávez y Maduro.
¿No es así? Dígalo, y que no salga con la vacilada de que él no conoce a ninguno de esos dos lamentables personajes y que nació en Macuspana.
Mientras, en México sus seguidores en redes y medios ponen a circular la conseja de que “no podemos estar peor que como estamos ahora”.
¿Vamos a probar, al cabo que estamos muy mal?
Desde luego que estamos mal en materia de seguridad, y vamos a estar mal mientras no haya una política de estado, que incluya a todos los partidos para restaurar la seguridad que se ha perdido.
En México tenemos la barbaridad de 18.70 homicidios por cada cien mil habitantes.
¿Y Venezuela, cómo anda? Tiene 89 homicidios por cada cien mil habitantes.
El mal de Venezuela no puede ser el consuelo para los mexicanos, pero sí un aviso que desde luego podemos estar peor.
Durante el año pasado el crecimiento de la economía en México fue de dos por ciento. Muy bajo, escaso para las necesidades del país.
¿Y en Venezuela, cuánto creció la economía en 2007? Bueno, no solamente no creció, sino que tuvo una caída de 18 por ciento. Es decir, su crecimiento fue de -18%.
Ojo con las tonterías que se dicen y se repiten, porque sí podemos estar peor.
No debe ser consuelo, debemos crecer más, pero la economía cerrada como la plantea AMLO y sus planes de inversión en refinerías y programas sociales basados en regalar dinero sin que haya esfuerzo o aportación de quien lo recibe, nos va a conducir a la catástrofe que actualmente viven los venezolanos.
La inflación en México en 2017 fue de 6.7 por ciento. Alta, elevada, e indica que es necesario corregir.
¿Y en Venezuela? Bueno en Venezuela la inflación del año pasado fue de 2,616 por ciento. Sí, dos mil 616 por ciento.
Para este año se calcula que en México se registre una inflación de 5.0 por ciento. Malo, lo ideal sería tres.
¿Y en Venezuela, de cuánto es el estimado de inflación para 2018? Siete mil por ciento. 7000%. (Para mayores datos de la economía venezolana sugiero leer, en la página web de El Financiero, al especialista León Opalín).
Entonces, en qué quedamos. ¿No podemos estar peor?
De ninguna manera debe ser consuelo la tragedia económica, política y social de Venezuela, pero llegaron a este caos por políticas similares a las que propone López Obrador, con liderazgos mesiánicos como el suyo.
Y los presidentes de Morena y Partido del Trabajo -que lo llevan como candidato-, son defensores públicos del chavismo. No entienden ni rectifican. Creen en eso y están en su derecho.
Falta el tema alimentación: aquí ese sector crece 3.7 por ciento -más que la media de la economía-. Hay que distribuir mejor, sí. Pero se puede porque existe qué.
Venezuela, lo publicamos aquí la semana anterior, dejó de producir y ya no tiene dinero para importar. En los supermercados la gente compra, para comer, salchichas para perros.
¿No podemos estar peor?
Sobre aviso no hay engaño.