Matan al sacerdote Marcelo Pérez en San Cristóbal de las Casas, Chiapas
CÓRDOBA, VER A 18 de Octubre 2016.- «Yo nunca me olvidare de ti…» (Isaías 49:15) es la frase bíblica que siempre tiene presente Óscar Fabrizio Martínez Limón, el sacerdote bombero que desde hace tres años se ha dedicado a salvar vidas y almas cuando acude a los incendios o a los accidentes automovilísticos que dejan un saldo funesto y víctimas mortales.
Sentado en el sillón de la casa parroquial de la iglesia Espíritu Santo de San Román, el presbítero responde con mucho cuidado al cuestionamiento que hacen sus homólogos sobre su labor, a lo que responde que “hasta en el sacerdocio hay críticas y grilla”, pues aseguró que lo han tildado de farsante, protagonista y hasta payaso.
El motivo que alentó al padre bombero a formar parte de esta heroica corporación fue el testimonio de Francisco Krill, el padre fundador de la Cruz Roja, y la intervención de sacerdotes en el rescate de víctimas del magnicidio del 11 de septiembre en el derrumbe de las Torres Gemelas en Estados Unidos.
Otro de los motivos es la carencia de fe para llevar la palabra de Dios en situaciones de emergencia y accidentes, expresó el padre bombero, quien confesó que aún sigue siendo una rareza una figura sacerdotal en una corporación de auxilio, al grado de verlo con desconfianza y sufrir el rechazo de los mismos compañeros. «Hay compañeros a quienes les caigo bien y a otros mal».
Desde la integración como elemento del cuerpo de bomberos, para el padre Óscar Fabrizzio la tarea es tripartita ya que además de operar como un bombero encamina a los que carecen de fe y rechazan lo espiritual.
«Pegarle al diablo en una foto, una macabra costumbre que ya se acabó»
Como en todos los ámbitos, hay leyendas, y el padre bombero tuvo una labor titánica al lograr que los elementos de esta corporación se deshicieran de una fotografía donde las llamas de un incendio formaban la cara de un demonio, a la cual golpeaban tres veces para que salieran en auxilio.
La experiencia más impresionante para el sacerdote salvavidas sin duda es el accidente por el que participó como bombero por la madrugada y al amanecer se colocó la sotana para serle los santos óleos a un calcinado.
Para los familiares aún resulta difícil creer que un sacerdote tenga presencia en un siniestro y ayude al resto de sus compañeros; sin embargo, para otros es sinónimo de agradecimiento ya que encuentran un consuelo en el presbítero cuando llegan a identificar a sus víctimas.
Con diez años de sacerdocio, Óscar Fabrizzio, como buen soldado de Dios, se encomienda al creador cada vez que acude en auxilio, y le pide la bendición a su señora madre.
El padre bombero también ha derramado lágrimas, pues recuerda que en varias ocasiones ha acudido a trágicos accidentes en donde pierden la vida niños, jóvenes y adultos.
El mensaje de Fabrizzio para los sacerdotes es que lleven la palabra de Dios a la práctica, ya que en la iglesia en sus sermones todo es color de rosa, porque no salen de su zona de confort. “Hay que llevar el consuelo y la palabra de Dios a los enfermos que están muy apartados de la verdadera realidad”.