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NANCHITAL, Ver., 11 de noviembre de 2021.- El coeficiente intelectual de Williams Emanuel Luis López, niño de 11 años de Nanchital, es arriba de 130, resultado que obtuvo hace un año luego de realizar un examen especial en la Ciudad México, en la Escuela de Atención al Talento, sin embargo, debido a los altos costos, se le complica estudiar en dicha institución.
Desde pequeño, sus padres se percataron que no sería un niño normal, pues con tan solo días de nacido sus reflejos motrices eran algo fuera de lo normal, ya que trataba de voltearse por sí solo, por lo que al llevarlo con su pediatra éste le diagnosticó trastorno por déficit de atención e hiperactividad TDAH.
Les informó que dicho trastorno le traería complicaciones o facilidades de aprendizaje, así como diversas habilidades cognitivas, que con el paso de los años se le fueron desarrollando.
A su corta edad, Williams pasó por diversas circunstancias durante su estancia en el Jardín de Niños y en Primaria, donde alumnos y maestros, al no comprender su manera de aprender y su hiperactividad en orientación, imaginación, razonamiento y Capacidad deductiva, no lo evaluaron correctamente.
«Por mi edad no asimilaba que se trataba de acoso escolar, mis compañeros me hacían travesuras que no asimilaba y las olvidaba, ya que al rato me contentaba y jugaba con ellos, con el paso del tiempo lo asimilé y la verdad sí me causó problemas emocionales, porque esas bromas no las debería tener un niño», contó Emanuel.
Dijo que incluso sus maestros lo exponían a las críticas frente a sus demás compañeros para cuestionarles si se merecía una buena calificación por su comportamiento en el salón de clases.
«Por mi trastorno yo soy muy ansioso y regularmente ando jugando, eso no quiere decir que no ponga atención, porque siempre sacaba buenas calificaciones en mis exámenes», mencionó.
SU MADRE FOMENTA SUS HABILIDADES
A raíz de esta situación, la madre del niño decidió buscar otras medidas y formas de aprendizaje, por lo que lo inscribió en talleres de música, banda de guerra, dibujo y clases de mecatrónica, destacando en este última.
«He ido a los cursos de mecatrónica y me ha gustado mucho, durante mis clases he podido crear robots y códigos. Un día armé 2 máquinas, cuando regularmente un niño solo hace medio robot por día», abundó el infante.
EXISTE UNA ESCUELA ESPECIALIZADA
Fue en enero del año pasado cuando la madre de Williams decidió llevarlo a la Ciudad de México para que pudiera presentar un examen y medir su rendimiento en la Escuela de Atención al Talento CEDAT, donde obtuvo el resultado de IQ arriba de 130.
«Esa escuela es muy buena, puedo pasar todos los niveles básicos, pero además puedo comenzar a ver más materias que me interesan, si logro pagar las colegiaturas podré salir ya con título. Yo quiero estudiar mecatrónica», explicó.
Las colegiaturas de la institución educativa están arriba de 6 mil pesos mensuales, por lo que Williams solicitó el apoyo de la ciudadanía y autoridades para poder lograr su sueño y que su talento no sea desaprovechado.