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Tavo Ruiz, precandito único a alcaldía de Alvarado por el PAN
XALAPA, Ver., 15 de marzo de 2017.- En conferencia de prensa luego de que el Congreso de Veracruz rechazó su propuesta para reestructurar la deuda pública por 46 mil millones de pesos, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares adelantó que analiza la posibilidad de negociar con la banca sin la autorización del legislativo.
Desde la noche de este martes se evalúan todas las posibilidades alternativas, afirmó el mandatario veracruzano, quien adelantó que ya se hizo un ajuste al gasto “y seguiremos ajustando”.
Advirtió que pedirá al Congreso del estado recudir a la mitad su propio gasto, pues la operación del mismo le cuesta a las finanzas 700 millones de pesos al año.
Reiteró que con la reestructuración no se trataba de contratar nuevos créditos, sino de que el Estado pagara menos intereses, debido a que la deuda adquirida por los gobiernos anteriores contempla tasas de interés excesivamente altas, las cuales se encuentran más de dos puntos porcentuales por encima de la media nacional que es del 7 por ciento.
Yunes Linares detalló que reestructurando la deuda, el Gobierno de Veracruz se ahorraría en dos años, mil seiscientos millones de pesos de intereses que se utilizarían para atender necesidades básicas de los veracruzanos.
Explicó que como consecuencia de no haber aprobado la medida, se aceleraría el pago de los créditos, por lo que en el mes de julio, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público podría retener el 67 por ciento de las participaciones federales para cubrir, de manera anticipada, créditos por un total de 50 mil millones de pesos; y para el mes de agosto, retendría los recursos al 100 por ciento.
“Es decir, en agosto Veracruz no recibiría participaciones federales porque todo iría destinado al pago anticipado de la deuda, lo que significa dejar de recibir los casi 33 mil millones de pesos al año que se destinan a financiar la actividad de la policía, pagar a médicos, enfermeras, maestros y también a los pensionados”.
Manifestó que profundizará en el ajuste al gasto del Gobierno del Estado que ya había venido realizando y pedirá al Poder Legislativo que haga un ajuste a la mitad de su presupuesto para poder ahorrar más de 350 millones de pesos.
Por último, planteó la posibilidad de que el Congreso reflexione y que los diputados que votaron en contra comprendan que la reestructuración es el primer —pero decisivo— paso para estabilizar las finanzas en el mediano y largo plazo.