Invierte Gobierno estatal 13 mdp en Perote para atender desbasto de agua
LA ESPERANZA, Actopan, Ver., 24 de marzo de 2021.- A pesar de que el municipio de Actopan se caracterizaba por ser el principal productor de mango en el estado y de ofrecer el mejor precio en México, actualmente la malanga le ha ido robando espacio.
Aunque la pandemia afectó a diversos sectores, este se mantuvo porque muchos se resguardaron en sus casas y dejaron la producción, en otros estados, al tiempo que los pobladores salieron a cortar y mandar el delicioso fruto.
Este año se adelantó la camada, hace apenas un mes los árboles lucían repletos de mangos grandes y jugosos, ya que las familias le brindan el cuidado para que cuando llegue el mes de mayo, con mayor calor, salgan a cortarlos.
El coyotaje no respeta el fruto, la zona o el municipio, nos contó Alberto, quien al lado de sus primos se trepan a los árboles y bajan el mango verde, porque si está amarillo ya no se los compran.
El coyote les está ofreciendo apenas dos pesos por cada kilo, por lo que ellos hacen el esfuerzo por pagar el flete y enviarlo por propia mano a la Ciudad de México, donde les llegan a pagar hasta 8 pesos.
Mientras tanto, en las ciudades como la capital veracruzana, el producto llega a alcanzar los 20 o 25 pesos por cada kilo.
Alberto, el más joven de los primos, mantiene la sonrisa y el cariño a sus árboles de mango, muestra con cariño todo el proceso y explicó que “no perdemos la fe al mango, pero también sembramos malanga”.
Con garrochas de madera que tienen una onda de alambre y red, los mangueros bajan el producto cercano al suelo, pero para llegar más alto, se suben a las ramas a brincos y toman los cercanos a la corona del árbol.
“Este árbol no está alto. Esto no es nada, hay unos que son bien grandes y hay que subirse. Pero no, yo ya no tengo miedo”, señala otro de los productores que tiene 45 años y no teme a las alturas.
También las condiciones climáticas afectan a veces, ya que el viento los avienta al suelo y estos ya no pueden ser vendidos.
El Covid afectó económicamente a todos los que se dedican al campo, sin embargo las familias mantienen el ánimo en que habrá un mejor año y no dejan de buscar el mejor producto para sembrar y ahí encontrar la oportunidad de continuar manteniendo a sus familias, con lo esencial.
Ni las elecciones les cambian el ánimo, aunque ya recibieron la visita de por lo menos unos cinco aspirantes a candidatos a presidentes municipales y diputados, pero la serenidad del tiempo, de la espera en sus cosechas, les ha enseñado la paciencia por tanto dijeron que esperarán los tiempos para pedir o votar por el mejor.
En La Esperanza hay precisamente eso: esperanza. Y esta mantiene a todos sus pobladores bajo la frescura de sus mangos, comiendo de sus frutos y viviendo con oportunidades que reconocen no hay en otros sitios y por ello agradecen el privilegio de vivir de su tierra.