
El drama de los desaparecidos
DEBILIDAD INSTITUCIONAL 2.0
@samuelferrerm
La debilidad institucional es una de las principales razones por las cuales existe la injusticia y la desigualdad social. Aunque puede parecer un problema lejano a las necesidades básicas de los ciudadanos (comida, vestido, seguridad, vivienda), la debilidad institucional produce la carencia de todas las anteriores. Cuando una institución no sustenta con acciones específicas el motivo de su creación se producen vacíos que van debilitando su propia estructura. Por ejemplo, si el gobierno crea un organismo para reducir los niveles de desigualdad social en el país y estos niveles incrementan año tras año, el funcionamiento y la existencia de dicha estructura se pone en duda. Esto no es un problema aislado. Poco a poco el mal funcionamiento de las instituciones resulta en la falta de medicinas y atención de calidad en hospitales, fallas en el sistema de recolección de basura, alumbrado público o agua y saneamiento. En resumen, la debilidad institucional nos afecta a todos por igual y convivimos con sus consecuencias todos los días.
Ante esta situación la principal pregunta es cómo afrontar la fragilidad que nos lastima constantemente. La respuesta se encuentra en cómo y quiénes ejercen el poder público en México. Las instituciones no son mecanismos automáticos que funcionan por sí solos. Las instituciones están manejadas por personas, políticos y gobernantes con comportamientos específicos y reiterados. En la manera de ejercer el poder en México se encuentra la razón fundamental del fracaso de nuestras instituciones.
Los ejemplos son muchos pero a fuerza de vivir aquí todos los días hay que hablar de Veracruz para ejemplificar el nivel de la tragedia. La sociedad viene de vivir un gobierno corrupto como muchos pero posiblemente el único en la historia que ha sido sometido al escarnio público y la condena social. Esto merece un reconocimiento, no para el actual gobierno federal o local, si no para nosotros mismos, la sociedad civil organizada que mediante las diversas formas de protesta ha modificado de a poco la forma de hacer política en el país. Ahora bien, el problema de debilidad instruccional continúa.
Lo que tenemos hoy en Veracruz es un gobernante que ha utilizado a las instituciones de manera discrecional para empoderar a su grupo y a su familia. Éste es el mejor ejemplo del ejercicio patrimonialista del poder público que tanto perjudica nuestra vida diaria; y es que, a cambio de que nuestro ejecutivo pueda “perseguir” a sus enemigos políticos y apoyar a sus hijos en sus aspiraciones personales, los más de ocho millones de veracruzanos sufrimos a diario los deficientes servicios públicos, la falta de medicinas, de médicos, de un transporte público decente, la constante inseguridad. En conclusión, la manera de actuar de este gobierno nos ha privado del acceso a una vida digna, ha debilitado aún más nuestras instituciones y nos ha condenado a vivir en esta “tragedia persistente” (véase Meyer, Lorenzo. Nuestra tragedia persistente. Debate, 2013)
Por todo esto he aquí mi propuesta: