La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
Juan Javier Gómez Cazarín.*
Hace seis años, por estas fechas, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador todavía no tomaba posesión de su cargo, muchas y muchos dudaban de que el Corredor Interoceánico prometido en campaña fuera a ser realidad.
El despertar del Corredor Interoceánico con un segundo aire desde la época de Porfirio Díaz había sido una mentira llevada y traída durante décadas por los gobiernos anteriores.
Callando a esas bocas, a lo largo de este esplendoroso sexenio para México el Corredor Interoceánico ha dado numerosas muestras de que la cosa va muy en serio.
Este domingo en Sayula de Alemán, en una de sus últimas giras en Veracruz como Presidente, López Obrador inauguró la modernización del tramo carretero entre Acayucan y La Ventosa, que ahora se recorre en sólo dos horas. Lo acompañó la presidenta electa, Claudia Sheinbaum; el gobernador Cuitláhuac García y la gobernadora electa, Rocío Nahle.
¿Por qué es importante este tramo de autopista, si el Corredor Interoceánico es, básicamente, un ferrocarril? Porque el Corredor incluye 10 Polos de Desarrollo de Bienestar, que son parques industriales donde se instalarán empresas y ofrecerán empleo.
El presidente Andrés Manuel piensa en todo y buscó que el bienestar incluyera al mayor número de poblaciones. Por eso, esos parques industriales no estarán sólo en Coatzacoalcos y Salina Cruz, que son los dos extremos del Corredor, sino a lo largo de todo el Istmo. Uno de ellos, por ejemplo, estará en San Juan Evangelista; uno más, en Texistepec.
Así que no todo el intercambio de mercancías será por tren, porque los Polos de Desarrollo podrán comerciar entre ellos. Por ejemplo, si uno elabora algún producto que se necesita en otro de ellos. Habrá, además, un mayor tránsito de personas que trabajarán en esos parques industriales y que harán su vida en alguna de las poblaciones cercanas.
Esta modernización carretera es la más importante del Istmo en cuando menos 50 años. Será un legado imborrable del cariño que tiene López Obrador por el sureste mexicano y, en especial, por Veracruz, su segunda casa.
Y si de bocas calladas hablamos, es necesario hablar de otro proyecto estratégico del sexenio de López Obrador: la Refinería Olmeca, en Tabasco.
La refinería que decían que era imposible y que se hizo posible gracias a la determinación de una paisana nuestra: Rocío Nahle García, quien como Secretaria de Energía estuvo a cargo del proyecto. Para bien de Veracruz, Rocío ahora es nuestra Gobernadora electa y ahora dedicará ese talento y compromiso con el futuro de nuestro Estado.
*Diputado Local. Presidente de la Junta de Coordinación Política.