Raúl López Gómez/Cosmovisión
La anticipación creó muchas expectativas.
Aquí dimos el avance el 24 de mayo.
Desde mediados de ese mes confió la intención de modificar su gabinete apenas pasaran las elecciones del 1 de junio.
Así daría sello a la segunda mitad de su sexenio con la intención de fortalecer algunas áreas y perfilar su relevo.
Inclusive se atrevió a sugerir la incorporación de alguno de ellos a determinadas posiciones, lo cual sigue en pie.
Los sectores y los nombres definitivos se determinarían en función de los resultados de las votaciones, les dijo.
La primera remoción fue la de Arturo Herrera no tanto por modificar la agenda de Hacienda, sino para tomar el control del Banco de México.
Será el próximo gobernador mientras Rogelio de la O, su economista de mayor confianza, llega a manejar la política de ingreso y gasto.
Lo de Irma Eréndira Sandoval tuvo otro sentido: su mal trabajo en la Función Pública y en malograr la candidatura de Félix Salgado Macedonio en Guerrero.
Cimbró más el retiro de Gabriel García de los programas soecioelectorales del régimen para poner a alguien menos desgastado y menos autónomo, Carlos Torres.
MISIÓN: 2024
Las remociones no han terminado.
Sigue en pie el sello de los tres últimos años del sexenio, pero sobre todo remodelar los gobiernos de la Ciudad de México y el federal hacia el 2024.
En el primer caso el entendimiento será con Claudia Sheinbaum y la conveniencia de incorporar Martí Batres.
En el segundo está bajo revisión el trabajo de varios secretarios de Estado del área económica, a la cual se desea fortalecer, y a otros funcionaros para protegerlos.
Por ejemplo, se pensó en Hugo López-Gatell para diplomático, pero ha puesto en juego su prestigio y más adelante se verá cómo cubrirlo.
También proyecta dinamizar SCT y Turismo, ahora a cargo de Jorge Arganis y Miguel Torruco.
A las revisiones dependientes de Palacio Nacional se suman ambiciones naturales, como la expresada por Luis Antonio Ramírez de dejar el ISSSTE para irse a Oaxaca.
Si se va a competir con Susana Harp, en lista de espera está para sucederlo Ramiro López Elizalde, quien tiene diálogo terso con el sindicato.
BANCO ACCENDO
Surgido de un escándalo, Banco Accendo desaparecerá entre más escándalos.
Fue el sucesor de Investabank en 2018 con el fin de dejar una era de conflictos y el lunes pasado los asambleístas decidieron acabar con los problemas y disolver la sociedad.
Están sumamente molestos con Javier Reyes porque no le salen las cuentas, le han documentado malos manejos y ahora involucra a familiares diversos, entre ellos su suegro Abraham Antonio Sharfen.
Al margen de quién sea el liquidador, no será fácil esta última acción porque tendrá muchos ojos vigilantes para evitar nuevos fraudes.
En principio el proceso de liquidación deberá estar supervisado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de Juan Pablo Graf y por las autoridades hacendarias, léase Arturo Herrera/Rogelio de la O.
Pero también está vigilante la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Santiago Nieto, quien desde hace tiempo le da seguimiento a manejos sospechosos.