Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
· Acosan las encuestadoras a gobernadores y alcaldes
· Y además, se equivocan como en Coahuila e Hidalgo
· Se va El Borrego, el mejor cuadro del PRI en Sonora
Ya no aguantan a las encuestadoras.
Los hay de todas las características: serias, con currículum, de nombres desconocidos y hasta extorsionadoras.
También de todos los precios: caras o baratas según la profundidad de los temas, números de entrevistas y propósitos del solicitante.
El cliente paga.
Ante tanta variedad, hace tiempo se ordenó desde el gobierno federal un estudio sobre las firmas acreditadas y desacreditadas.
Surgieron datos interesantes, algunos ya difundidos en este espacio.
El más atractivo es cómo se ofrecen al mejor postor.
No importa la metodología o su credibilidad, aunque con frecuencia también la credibilidad está en oferta y es un plus para los políticos.
Según la tarifa, ellos escogen en qué posición salir.
Los mejor calificados pagan más, los medianos cubren regular y quienes regatean o se niegan a acceder aparecerán en los últimos lugares.
Son las reglas del mercado.
FALLAS EN COAHUILA E HIDALGO
El tema es vigente por muchas circunstancias.
En México muchos involucrados, destacadamente Porfirio Muñoz Ledo y Alfonso Ramírez Cuéllar, pusieron en entredicho las encuestas para decidir al dirigente del gubernamental Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Las autoridades electorales desestimaron las impugnaciones y al final el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), entonces a cargo de Felipe Fuentes Barrera, avaló el resultado.
En las primeras rondas estuvo BCG, Ulises Beltrán y Asociados, pero en la definitiva participaron Parametría, Covarrubias y Asociados y Demotecnia.
Tal vez no sea el caso de ellas, pero he aquí un dato más:
El miércoles, tras la reunión con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, los gobernadores priístas tuvieron una reunión informal.
¿Tema?
Las presiones y hasta extorsiones de los encuestadores, ahora con el mito de prefigurarles el mapa electoral del año próximo.
Un pago de alto riesgo, como lo acaban de constatar el coahuilense Miguel Riquelme y el hidalguense Omar Fayad.
Al primero le pronosticaban solamente ocho de los 16 distritos y al segundo la derrota en Pachuca y otros municipios importantes.
La historia fue distinta: fallaron porque en Coahuila e Hidalgo arrasaron los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Pero si les sirve de referencia: también en Estados Unidos mintieron, pues Joe Biden no dio la paliza pronosticada contra Donald Trump.
EMIGRA UNA JOYA DEL PRIÍSMO
Hace 12 años Ernesto Gándara, El Borrego, era el priísta mejor perfilado en Sonora.
Pero se le atravesó Eduardo Bours y de esa manera abrió paso al panista Guillermo Padrés, tan de triste memoria en la entidad.
Hoy El Borrego va por su última oportunidad.
Aquí hablamos de cómo armaba un bloque de simpatizantes de todos los partidos –priístas, panistas, emecistas, petistas y hasta morenistas- para enfrentar a Alfonso Durazo.
Varios dirigentes lo buscaron, sobre todo Dante Delgado para hacerlo candidato por Movimiento Ciudadano (MC).
No aceptó.
Pero tampoco la cúpula priísta lo cuidó y ayer presentó su renuncia bajo un supuesto:
“Un solo partido político por sí solo no lograría recoger la opinión, el sentir y las expresiones de todas y todos…”.
“Esta es la oportunidad de consolidar una gran propuesta con los liderazgos civiles y con los militantes de otros partidos que privilegien el mejor proyecto que podemos formar juntos: Sonora”.
Con los riesgos señalados arriba de usar encuestadoras, mencionemos un hecho: Massive Caler da 51.2 por ciento a la alianza de Gándara (PRI, PAN PRD, MC) y 48.8 puntos a la de Durazo (Morena, PVEM, PT, PES).