Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
· Alfonso Durazo: del rencor zedillista al amor pejista
· Pero en Sonora lo espera el priista Ernesto Gándara
· El Covid sí regresa: internan al edil Armando Cabada
Alfonso Durazo debe estar muy agradecido con Ernesto Zedillo.
Sin el ex presidente no estaría a las puertas de Palacio de Gobierno de Sonora o al menos de la candidatura del Movimiento de Regeneración Nacional.
De Morena y de lo incondicionales e indignos aliados del gobierno porque no tienen bases certificadas ni ideología ni proyecto autónomo.
Y a reserva de cuanto digan otros prospectos, entre ellos el priista Ernesto Gándara Magaña y la insignificante Ana Gabriela Guevara.
De la segunda hay poco por decir: es un espantapájaros del Partido del Trabajo (PT) para cobrar cara su alianza y dar beneficios a su eterno dirigente Alberto Anaya.
Gándara Magaña es un político de cuidado.
Tiene gran ascendencia con sus paisanos, ha hecho campaña durante mucho tiempo, tiene carrera sólida, como candidato al Senado mostró su arrastre electoral y ha sido leal al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Tiene en torno a sí muchos aliados incluidos de otros partidos, morenistas, panistas, perredistas y ofertas de Dante Delgado y el Movimiento Ciudadano (MC).
GÁNDARA EN EL HORIZONTE
Viene una lucha interesante.
Si el panorama no se agría, sería la pelea entre dos frentes electorales, uno nucleado por Palacio Nacional y otro con fuerzas hoy independientes.
Sus abanderados: Alfonso Durazo y Ernesto Gándara, respectivamente.
Hablemos del primero:
Durazo tuvo, como casi todos los colosistas, el odio de Ernesto Zedillo.
Pero se ahondó con la filtración de la carta del 19 de marzo de 1994 donde Zedillo, a la sazón coordinador de campaña, pidió a Luis Donaldo Colosio doblegarse ante Carlos Salinas.
Le sugirió un acuerdo explícito para no criticar al presidente saliente e informarle de cuanto diría –notificación previa– sobre su Salinas.
Insisto, mi propuesta de celebrar ese pacto es independiente de mi admiración y agradecimiento por el Señor Presidente. Es una recomendación elemental, yo diría de libro de texto, de estrategia política.
¿Quién filtró esa carta a Reforma?
Zedillo acusó a Durazo y le cerró las puertas de gobierno.
Metido a su negocio, a principios de 1997 encontré a Alfonso Durazo apadrinado por un Ricardo Canavati optimista:
-Lo voy a ser diputado. ¿Cómo ves, compadre?
Zedillo no lo dejó pasar.
Entonces Durazo deambuló por la oposición: se alió a Vicente Fox, peleó con Marta Sahagún, le impidió ser candidata a la Presidencia y, desahuciado del panismo-foxismo, se refugió en el pejismo.
Es su turno.
CABADA: COVID DOS VECES
El alcalde juarense Armando Cabada tuvo Covid 19 y fue dado de alta.
Le pedí las recomendaciones médicas postpandemia para orientar a los enfermos dados de alta.
-Quiero saber si hay recaídas –insistí.
Prometió enviarlas.
No las recibí y hoy sabemos de dobles contagios, pues ayer Cabada fue internado para observación con los pulmones inflamados por si evoluciona el virus.
Ojalá se reponga pronto.
Y 2.- la Delegación Federal Única en Baja California, o superdelgación como se le conoce en el centro del país, ha emprendido campañas especiales.
Una de ellas es abatir rezagos de treinta años o más en la tenencia de la tierra y ya entregó cinco mil 200 escrituras en varios municipios.
Con otro dato, lo hace en coordinación con el Instituto Nacional de Suelo Sustentable y el gobierno estatal de Jaime Bonilla.