
Raúl López Gómez/Cosmovisión
IRRITACIÓN SOCIAL EN INCIDENTES VIALES
Con frecuencia, en recientes días, nos hemos dado cuenta del aumento de incidentes viales, y en donde la conducta humana se manifiesta con tensión y hostilidad, de conductores de automóviles —en algunos casos peatones— con una molestia quizá exacerbada y la falta de respeto a las normas sociales, de tránsito y la convivencia.
Algunos psicólogos y sociólogos coinciden en que la irritación social puede llevar incluso a agresiones no solo verbales, sino físicas, y eso refleja un claro deterioro en la convivencia social, pero también en la salud mental de la población.
Los factores que producen la irritación social en incidentes viales están siendo maximizados en términos de difusión con la complicidad de las redes sociales, que llegan a desnudar la mala conducta, igual de servidores públicos como de personas de la vida privada en sus diferentes facetas.
La excesiva velocidad combinada con el alcohol y otras sustancias nocivas suele no solo distraer a quien va al volante —o usando el teléfono celular u otra distracción—, pero ahí se está detonando la mezcla de frustración y enojo de algunas personas, que explotan de una manera fuera de orden.
Este tipo de comportamientos agresivos y con elevada impaciencia aumenta la hostilidad y altera la tensión en las calles y la vía pública, al grado que, en fechas recientes, en ciudades como Xalapa, hemos visualizado hechos muy lamentables, pero que nos deben llevar a todos como sociedad a reflexionar y buscar atender para abatirlos, pues podrían alcanzar niveles de un mayor desajuste social en la seguridad pública y ciudadana, en momentos donde la tranquilidad no atraviesa por su mejor etapa.
Cabe decir que uno de los factores —sin que sea justificante— de estas acciones desde la conducta humana agresiva y hostil pertenece al desequilibrio socioeconómico y la falta de oportunidades laborales o los bajos ingresos que perciben algunas personas, y que solo les permite la supervivencia en entornos adversos, por la falta de espacios para el bienestar emocional. Esto está generando una frustración y agresividad que se manifiesta en la forma de interactuar en el tráfico vehicular, ya sea con otros automovilistas o con las autoridades de policía y tránsito.
En todo esto, el estrés va ganando terreno en la salud mental de la población, y hay algunas mediciones relativas a la ansiedad que llevan a la búsqueda de herramientas para gestionar las emociones que inhiban las reacciones exageradas ante incidentes viales, pues no deben dejar que escalen, ya que pueden detonar en actos de violencia mayor.
DE SOBREMESA
Aunque existen algunas razones psicológicas que explican la irritación de algunas personas hacia agentes de tránsito, policía u otros automovilistas, especialmente en relación con incidentes viales.
De por sí, los accidentes de tráfico pueden ser experiencias traumáticas que dejan secuelas psicológicas, como TEPT, ansiedad, depresión y un miedo persistente a conducir. Hechos donde estas emociones pueden llevar a una mayor irritabilidad y hostilidad hacia figuras de autoridad percibidas como relacionadas con el problema, en este caso, agentes de tránsito o policía, van en aumento.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
El tráfico congestionado, la falta de respeto a las normas de tránsito por parte de otros conductores y la percepción de ineficacia o corrupción en las autoridades pueden generar frustración y resentimiento. Esta frustración puede proyectarse sobre los agentes de tránsito, especialmente si se les percibe como parte del problema.
Y siendo así, la personalidad de cada individuo también juega un papel relevante, pues hay personas con tendencia a la ira, la impulsividad o con baja autoestima, o incluso con baja tolerancia a la frustración, y eso les lleva a reaccionar de manera intensa ante situaciones relacionadas con el tráfico y la autoridad.
UN CAFÉ PA’ LLEVAR
En algunas culturas regionales —comunidades en México— existe una amplia desconfianza generalizada hacia las instituciones y una falta de respeto hacia la autoridad, lo que puede contribuir a la irritación hacia los agentes de tránsito y policías viales. Pero igualmente, creo que esto se debe combatir con cursos de capacitación, tanto a la población abierta como a los servidores públicos, pues la armonía social es tarea y responsabilidad de todos.
UN CAFÉ CON PILONCILLO
Las agresiones que se conocen a lo largo y ancho de Xalapa y del país, gracias a videos que grabaron diversas personas, ahora miles de ciudadanos hemos observado la brutalidad de la violencia, incluso racista, que persiste entre habitantes que son afrodescendientes en algunos casos.
Es lamentable que haya incidentes entre la población y autoridades, pues todos podemos poner el ejemplo y ser los primeros en generar una xalapa con cultura vial y ciudadana, más allá de las sanciones que sus superiores les apliquen a los y las infractores.
¡ES CUANTO!