Jorge Robledo/Descomplicado
AMLO y sus tejedores de verdad
No han pasado ni 20 días de las elecciones presidenciales, y varios medios de comunicación han demostrado que no pueden ser oposición de una forma digna y sin la necesidad de fabricar falsedades.
Por ejemplo, en su columna de ayer en el diario El Financiero, el chileno Pablo Hiriart tejió y enredó una verdad para hacer una afirmación que resulta ser falsa, pues aseguró que el próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador llamó borrachos a los servidores públicos.
Primero comenzó con la verdad y escribió lo siguiente: “En el lineamiento 28 contra la corrupción y por la austeridad, establece: No se podrá asistir al trabajo en estado de ebriedad ni ingerir bebidas alcohólicas en las oficinas públicas”.
Para después editorializar y afirmar lo siguiente apoyándose de un titular del periódico El Universal y escribió lo siguiente: “Sus expresiones escritas, dadas a conocer a la opinión pública, se traducen en titulares como: AMLO acaba con borracheras, viajes y choferes de funcionarios”.
Para concluir con lo siguiente: “Acusados de borrachos y dispendiosos por López Obrador, y satanizados con la saña más procaz por el órgano oficial del próximo presidente, no queda duda de que hay una campaña de odio hacia los servidores públicos. Desconozco cuál sea su experiencia personal como jefe de Gobierno del Distrito Federal, pero en los despachos oficiales no hay esas francachelas como para incluirlas en sus lineamientos”.
Otro ejemplo, es el periodista Carlos Loret de Mola quien habló sobre supuestos y además se pregunta qué hará AMLO con la “nomina secreta”, de la cual no dio un solo nombre, pero si adjudicó responsabilidades, por cierto, equivocadas, porque el López Obrador todavía es virtual presidente electo, ni siquiera le han entregado su acta de constancia.
En su columna publicada también ayer por el diario El Universal, Loret de Mola escribió lo siguiente: “la Nómina Secreta es sobre todo una práctica común en el sector público a nivel estatal. Altos funcionarios de los gobiernos de los estados son contratados, desde un inicio, con la explicación de que tendrán dos fuentes de ingresos —una declarada y otra subterránea— y que la suma de ambas constituye el pago que recibirán por los servicios prestados”.
Y después cuestiona: “¿Desaparecerá López Obrador esta Nómina Secreta? ¿Optará por mantenerla como un mecanismo de control político o de retención de talentos frente al recorte formal de sueldos de los funcionarios que ya ha echado a andar sin posibilidad de freno?”
Más bien estas preguntas deberían ser formuladas para el actual presidente o para el mandatario que la haya creado. El periodista le está fincando una responsabilidad a AMLO que todavía no le pertenece, y eso en caso de que la información fuera verdad.
¿A cuántos periodistas más se tendrá que enfrentar López Obrador de aquí a que tome posesión? ¿Cuántas mentiras más se le tejerán?
Por cómo van las cosas y con los 20 días que apenas han pasado, será un larguísimo camino a la transición y uno que ya había pensado que esto había quedado superado en la campaña.