
Raúl López Gómez/Cosmovisión
‘No hemos entendido nada’, un libro sobre periodismo, fake news y redes sociales
Si eres periodista, editor o editora, reportero o reportera, este libro te interesa.
Si eres lector o lectora de noticias, usuario o usuaria de redes sociales, también este libro te interesa:
Hablo de ‘No hemos entendido nada. Qué ocurre cuando dejamos el futuro de la prensa a merced de un algoritmo’, del periodista y editor peruano Diego Salazar (Lima 1981), publicado este año 2019 bajo el sello Debate del Grupo Editorial Penguin Random House.
El libro nos habla, entre otras cosas, de la crisis de los medios de comunicación en la era digital, de sus enormes retos ante los cambios que internet y las redes sociales han generado y de cómo los usuarios acceden y viralizan todo tipo de información, incluidas fake news o noticias falsas.
Es probable que se hayan publicado muchos libros al respecto, pero cabe señalar que en ‘No hemos entendido nada’ encontramos un gran trabajo de Diego Salazar que debe ser tomado en cuenta no solo por periodistas y estudiantes de periodismo, también por todo público que forma parte de este cambio global en el que todos somos productores de contenido y accedemos a la información con la velocidad de un clic.
El libro señala que Facebook y Google se adueñaron por completo “de la torta publicitaria”. Y de aquí quiero partir, del tema de la publicidad, para resumir y platicar de este trabajo de Diego Salazar que ejemplifica la crisis financiera e informativa de los medios de comunicación, de la que no se salvan aquellos que, a nuestro parecer, durante décadas se habían ganado un reconocido prestigio con base en su buen desempeño periodístico.
‘No hemos entendido nada’ señala que durante casi doscientos años el negocio de la gran mayoría de los periódicos del mundo había sido la publicidad. Enfatiza que “los medios de comunicación impresos monopolizaban la atención de los usuarios o lectores en un mercado local específico gracias a que ofrecían un paquete informativo que proveía a esos lectores de buena parte de la información que necesitaban para vivir en su comunidad”.
Ese mercado local específico hace referencia a las carteleras de cine o de teatro, al pronóstico del tiempo y los avisos clasificados, entre otros servicios que muchos buscábamos tras la necesaria compra de un periódico. Sin embargo, hoy, en pleno siglo XXI, como bien sabemos, internet ha destrozado ese paquete informativo “al despojar al periódico de casi todos los servicios que no eran noticias para alojarlos de forma independiente y casi siempre gratuita”.
Entonces, ¿qué ha pasado aquí?, que los ingresos de los medios tradicionales, aun con sus plataformas digitales, han venido a menos y que medios tan poderosos, como el propio The New York Times, aun con un programa de suscripción digital exitoso, se han visto en la necesidad de modificar sus modelos de negocio y ajustar sus oficinas de redacción con el despido de personal.
Ahora bien, ante este panorama los medios de comunicación necesitan generar contenidos atractivos para llamar la atención de sus audiencias, dejando en entredicho muchas veces la calidad de la nota informativa y el trabajo periodístico.
De igual forma qué hacer cuando Twitter, Facebook y Google News son quienes perfilan la manera en que los usuarios consumen noticias. Y qué hacer cuando estas plataformas o redes sociales son quienes se llevan casi todas las ganancias que se destinan en publicidad y que antes les correspondían a los medios de comunicación tradicionales.
De acuerdo con la información que proporciona el libro, en Estados Unidos, por ejemplo, Facebook y Google se estarían quedando con el 65% de lo que se destina en publicidad digital y la tendencia es al alza en favor de ese duopolio.
Qué buscan las audiencias
Por otra parte, ¿qué hacer cuando lo que más buscan los lectores, de acuerdo
con los trending topics y las listas de noticias más vistas, son “los videos
graciosos, las señoritas con poca ropa o los escándalos de famosos”?
Es ahí donde también los medios y periodistas han encontrado un reto muy grande, y es así como ha comenzado “una loca carrera por un clic” con la finalidad de atraer tráfico hacia sus plataformas y la esperanza de vender banners, dejando de lado, muchas veces, la credibilidad.
El tema es muy interesante y muy complejo, y más si ponemos sobre la mesa la siguiente paradoja: que las audiencias que mayoritariamente están buscando contenidos amarillistas y/o escandalosos son las mismas que castigan y critican a los medios por ofrecer tales contenidos, en una especie de baños de pureza.
He aquí la gran tarea de los medios de comunicación: encontrar información noticiosa de calidad, que atraiga a los lectores sin poner en riesgo la credibilidad, pues como plantea Diego Salazar “Facebook ha destruido el modelo de negocio de la prensa, pero no ha destruido el periodismo”, solo que, tras poco más de una década del auge de las redes sociales, no hemos entendido nada.
Una chica que llora sangre, una azafata que vende sexo o el caso Frida Sofía
Sobre noticias falsas y virales el libro nos regala muchos ejemplos. Notas que fueron publicadas por importantes medios de comunicación sin comprobar la veracidad de los hechos, como el caso de una supuesta azafata que ofrecía sexo durante los vuelos o la chica inglesa que lloraba sangre. El País, BBC Mundo, Daily Mail, nadie se salva aquí.
El libro tiene también un capítulo sobre el tema de Frida Sofía, la supuesta niña que quedó atrapada en los escombros que dejó el terremoto de 2017 en la Ciudad de México, noticia que Televisa y su reportera Danielle Dithurbide se encargaron de difundir.
O el capítulo “El ilustrador peruano que no publicó en The New Yorker”, sobre el artista Cristhian Hova, quien ofreció entrevistas a periódicos como El Comercio afirmando que había ilustrado tres portadas para la prestigiada revista, entre otros trabajos importantes. Sin embargo, bastó un trabajo periodístico de Diego Salazar para desenmascarar a Hova y descubrir que nunca publicó para The New Yorker y que los medios de comunicación que publicaron notas y entrevistas al respecto nunca se tomaron la molestia de comprobar si realmente había realizado esas portadas y otras supuestas ilustraciones para Marvel y DC Comics, como se afirmaba.
‘No hemos entendido nada. Qué ocurre cuando dejamos el futuro de la prensa a merced de un algoritmo’, un libro muy interesante para todo púbico.
Nos vemos en enero
Aprovecho estas líneas finales para informar que por cuestiones personales y por el periodo decembrino, esta columna regresará en el mes de enero del año entrante. Agradezco a todos sus lecturas en este 2019 y a Quadratín Veracruz por el espacio.
Que tengan un gran cierre de año y un espléndido 2020. Saludos.
Twitter: @PPCarreto