
Raúl López Gómez/Cosmovisión
Para la editorial Anagrama a 50 años de su fundación
Honor a quien honor merece. Digo esto porque debo reconocer que una de las editoriales que ha sido importante en mi formación lectora es Anagrama, la cual está cumpliendo 50 años de vida.
Gracias a esta editorial española fundada en 1969 por Jorge Herralde, pude leer a excelentes escritores que hoy se han convertido en mis preferidos. Me refiero a Roberto Bolaño, Kazuo Ishiguro y Michel Houellebecq, a quienes seguiré leyendo y releyendo cuántas veces pueda.
Recuerdo el momento en que descubrí a Roberto Bolaño. No recuerdo en específico qué librería, pero sí tener en mis manos el libro Estrella distante, leer su resumen en la contraportada y decidir comprarlo para llevarlo a casa. Sobra decir que quedé fascinado con la novela del chileno.
Después vinieron más libros de Bolaño publicados por Anagrama, cuyas ediciones atesoro más que nadie, pues hoy en día no se publican más en esta casa editorial debido a que los derechos de su obra fueron cedidos a Alfaguara por la viuda del escritor chileno, autor de Los detectives salvajes, 2666 y Nocturno de Chile, por citar algunos.
Similar situación me pasó a finales de los 90 con el más reciente galardonado con el Premio Nobel de Literatura, Kazuo Ishiguro, cuya obra completa ha sido editada totalmente por Anagrama.
Tras la compra y lectura de Un artista del mundo flotante me fui por Pálida luz en las colinas. Después fue el turno de Los inconsolables, regalado por un viejo amigo. Así me fui por dos brillantes novelas más del escritor inglés de origen nipón: Nunca me abandones y Los restos del día, cuyo título inspiró el nombre de esta humilde y sencilla columna: Los textos del día.
A Michel Houellebecq llegué tarde, pero nunca lo suficientemente tarde para conocer una obra literaria, y menos cuando se trata del escritor francés más polémico y leído de nuestros días. Si hoy conozco prácticamente toda su obra es gracias a las ediciones de Anagrama.
Pero hay más. Abundé en ellos tres, sin embargo quiero subrayar que es una editorial que posee un catálogo de más de cuatro mil títulos. La lista de escritores no solo es amplia y variada, es contundente, y doy nombres: ¡Charles Bukowski, Raymond Carver y Antonio Tabucchi! ¡Oh por Dios, temible terna de las letras universales!
Insisto, la oferta es amplia y podemos agregar a periodistas de la talla del polaco Ryszard Kapuscinski, el alemán Günter Wallraff y el mexicano Sergio González Rodríguez.
Por todo lo anterior mi reconocimiento a esta casa editorial, cuyos inicios, por cierto, no fueron fáciles en medio del régimen franquista y la amenaza de la censura.
Anagrama hoy tiene nuevo dueño, el editor italiano Carlo Feltrinelli, pero de acuerdo con Herralde fue una transacción amistosa que asegura la continuidad del espíritu de trabajo y exigencia de la firma catalana.
En una entrevista firmada por Miguel Lorenci, le pregunta a Jorge Herralde cuál es la clave de la supervivencia de Anagrama. El editor responde: “La VIRTUD, con mayúsculas. Lo traduzco: apostar siempre por la excelencia, por los mejores autores posibles. No bajar la guardia jamás, no publicar posibles bestsellers, y conseguir la fiabilidad del catálogo. Lo repetiré un trillón de veces: jamás publicamos un libro por motivos comerciales”.
Una buena respuesta del editor de 84 años y qué bonito se leyó eso de “no publicar posibles bestsellers”, aplausos.
Hasta aquí mis párrafos con la invitación para adentrarse al catálogo de Anagrama y sus diversas colecciones como “Compactos”, “Panorama de narrativas”, “Argumentos”, “Crónicas”, entre otras.
Leer nos hace libres.
Twitter: @PPCarreto