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Víctor Sánchez Baños/Poder y dinero
Una columna sobre monstruos y el imaginario de Guillermo del Toro
“En casa con mis monstruos” es el título de la exposición del cineasta mexicano Guillermo del Toro, la cual ha estado abierta al público desde el mes de junio en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara.
En esa muestra se exhiben más de 900 objetos que forman parte del imaginario del director de Cronos y El laberinto del fauno. Esculturas, pinturas, cómics y un sinfín de objetos de su colección privada que han sido su fuente de inspiración. Todo esto relacionado con lo grotesco, lo fantástico, los cuentos de hadas, criaturas perturbadoras y máquinas misteriosas que nos ha brindado en sus películas.
En coordinación con esa exposición que por única vez se presentará en nuestro país y que llegará a su fin en el mes de octubre, se publicó un libro bajo el mismo título: “En casa con mis monstruos”, del cual voy a hablar el día de hoy para recomendarlo, pues me parece un acercamiento muy íntimo a la vida y obra cinematográfica del ganador del Oscar por La forma del agua.
Me parece, además, que el libro es una pieza imprescindible para todo admirador del también director y guionista de La cumbre escarlata, Mimic y Titanes del Pacífico.
De igual forma, para quienes no estamos en Guadalajara y nos será difícil asistir a la muestra, el libro nos adentra a ella siendo un reflejo fiel con más de 900 fotografías (índice incluido) de piezas y esculturas como la de Frankenstein, Nosferatu o la del Hombre Elefante de la película de David Lynch.
“En casa con mis monstruos” está plagado de citas de Guillermo del Toro e incluye una entrevista realizada por Leonardo García Tsao. Asimismo, tiene ocho capítulos relacionados con los temas que conforman las salas de la exposición, que son: ‘Infancia e inocencia’, ‘Cuarto de lluvia’, ‘Victoriana’, ‘Magia y ocultismo’, ‘Cine, cómics y pop’, ‘Frankenstein’, ‘Los otros, nosotros, los monstruos’ y ‘Muerte y más allá’.
Podemos ver cómo Guillermo del Toro desde muy niño inició y consolidó su relación con los monstruos, pese a los miedos que le causaban las historias que le contaba su abuela y las leyendas de personajes singulares en medio de atmósferas y espacios misteriosos.
“Hice un pacto con los monstruos: si son buenos conmigo y me dejan ir al baño les dedicaré toda mi vida”, recuerda el cineasta tapatío.
Más tarde leyó Frankenstein y creció su simpatía por el monstruo al grado de considerar el libro de Mary Shelley como uno de los más bellos. La historia lo conmovió, pues trata de una criatura que es lanzada a un mundo que no conoce y no entiende, “un ser incomprendido y solitario que necesita compañía y estima, ser adoptado por los otros y que sufre por ser constantemente rechazado”.
Por su parte, Eugenio Caballero, quien escribe los textos de los citados capítulos y es además el curador de la exposición, enfatiza que los monstruos encarnan la otredad y que son ellos los que se ven asediados por la turba social. Al respecto, Guillermo del Toro es fulminante en la siguiente cita:
“En las películas que hago, mayormente, el fantasma no es el malo, es alguien humano. El monstruo no es el malo, la maldad humana es infinitamente más temible”. Así lo hemos constatado en más de una de sus películas y en nuestra vida diaria, por lo que el director de Hellboy y El espinazo del diablo tiene absolutamente toda la razón.
En síntesis es parte de lo que encontramos en el libro, un Guillermo del Toro que desde muy niño fijó su atención en el Séptimo Arte hasta convertirse en admirador de Alfred Hitchcock y Luis Buñuel, a quienes califica como dioses del cine. De igual forma un apasionante lector de cómics y de autores como H. P. Lovecraft y Edgar Allan Poe, pasando por el prolífico Stephen King.
“Guillermo del Toro es un alquimista, un hechicero de nuestra época que hace magia a través del cine, un creador de historias y personajes llenos de misterio y fantasía”, subraya Eugenio Caballero en el capítulo ‘Magia y ocultismo’.
En ‘Cuarto de lluvia’, por ejemplo, tenemos un acercamiento a la “Bleak House”, su casa de Los Ángeles, California, en la que mantiene su colección privada, pero que es además un lugar sagrado, misterioso y fantástico donde el cineasta encuentra la inspiración.
Debido a que llueve poco en esa ciudad y a Del Toro le gusta escribir con lluvia, utiliza una oscura técnica teatral de iluminación y sonido para recrear la sensación de lluvia, la cual le genera un sentimiento gótico, romántico, que lo inspira. “Quería una casa exacta como la que soñaba cuando era niño, con un cuarto en el que lloviera a toda hora”.
Ya lo saben, “En casa con mis monstruos” para conocer a fondo al productor, guionista, director de cine, ávido lector y coleccionista de terror Guillermo del Toro. Hasta la próxima.
Twitter: @PPCarreto