Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
DISCURSO DISTRACTOR
Con más de 52 mil muertos por Covid-19 a cuestas, el presidente López Obrador reedita un viejo episodio de la comedia política; meter a la cárcel a los expresidentes Calderón, por haber encabezado un narco Estado, y a Peña por tutelar una cleptocracia, es decir, el poder basado en la corrupción.
Claro que, para verlos tras las rejas, el supremo juzgado popular antes debe dictar veredicto con ley en mano y no con aplausómetros o silbidos.
López Obrador no miente; afirma que la Fiscalía General de la República no investiga a ninguno de sus antecesores, y tampoco la Unidad de Inteligencia Financiera husmea sus cuentas, porque no hay expedientes abiertos en su contra.
¿Entonces?
Pues resulta que la tirria colectiva sobre Calderón, Peña Nieto y otros, alcanzan a desviar atención de los panteones llenos de muertos por la pandemia.
¿Será que antes no solo hubo minorías rapaces neoliberales, sino cárteles por encima del poder? ¿Antes sí, y ahora no?
Haga caso omiso de las producciones virales del Cártel Jalisco Nueva Generación, del señor Mencho y olvídese del “culiacanazo”, de Ovidio Guzmán el hijo y de la madre del Chapo Guzmán; lo de antes era peor.
Juicio a expresidentes si el pueblo que manda lo demanda. Con este nuevo cuento abrimos la semana.