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México y el mundo necesitan periodistas profesionales y unidos
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de octubre de 2019.- Creer que la minería es sinónimo de progreso y desarrollo es irrisorio, pues es incompatible con la sustentabilidad ambiental, afirmó Sol Pérez Jiménez, maestra y candidata a doctora en Geografía Ambiental por la UNAM.
La especialista refirió que se deben tomar en cuenta sus implicaciones negativas, pues es además una actividad incompatible con la soberanía hídrica del país.
En las comunidades se reportan fuertes impactos negativos por la minería, y a pesar de ello, el marco regulatorio, incluso de derechos humanos, no está a la par de la problemática.
Por ejemplo, por esta industria hay tala excesiva de vegetación, pérdida de biodiversidad y perturbación del entorno, que van en detrimento del ambiente; en términos sociales, se persigue y criminaliza a dirigentes y defensores ambientales, hay desplazamiento forzoso de comunidades y aumenta la desigualdad y violencia, subrayó.
En el ámbito económico, hay marginación y se pierden actividades productivas tradicionales, como la agricultura.
Todo ello sin contar las afectaciones a la salud de la población debido a la liberación de metales pesados.
La universitaria expuso que en México hay un aumento constante de los proyectos mineros, y en la última década se ha incrementado el número de conflictos relacionados con el sector, así como el asesinato y persecución de defensores ambientales, muchos de ellos indígenas.
Según datos de la Secretaría de Economía, en 2010 estaban registrados 677 proyectos, y para 2017 ya eran más de mil 500, lo que implica mayor presión para los recursos naturales.