
Felipe de J. Monroy/Ecos de Teuchitlán: actitudes contra la ignominia
El próximo uno de junio elegiremos en las urnas a la cúpula del Poder Judicial de la Federación: el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, órgano que ya no estará integrado por once ministros sino únicamente por nueve; cinco mujeres y cuatro hombres.
El cambio en el máximo tribunal del país no sólo se verá en el número de sus integrantes y en la conformación mayoritaria de ministras sobre ministros, también implicará la desaparición de las dos Salas que coadyuban al Pleno de la Corte en sus labores; lo anterior, ya que el texto actual de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos mandata lo que en su momento señaló el texto original de 1917: “funcionará siempre en tribunal pleno”.
Dicha modificación ya fue plasmada también en la Ley de Amparo, que mediante una reforma publica en el Diario Oficial de la Federación, el pasado trece de marzo del presente año, eliminó la mención a las Salas de la Suprema Corte y la obligatoriedad de sus criterios, cuestión aplicable a partir del uno de septiembre en que tomarán protesta de su encargo las ministras y ministros electos por la ciudadanía.
Con ello, nos encontraremos en este año ante una nueva época en el Semanario Judicial de la Federación en la que no tendremos criterios de las Salas del Máximo Tribunal pues el funcionamiento de la Corte será unificado en el Pleno a través de sus nueve ministros.
Como abogados nos tocará aprender de esta nueva integración y sus criterios; sin embargo, como ciudadanos tendremos que evaluar que con estos cambios no se viole el principio de progresividad de los Derechos Humanos.
Necesitamos un Pleno que responda a un cada vez mayor sentimiento de justicia; a los mexicanos más que la integración del Máximo Tribunal, lo que realmente les importa es que tengamos un órgano constitucional eficaz, eficiente y, sobre todo, con sensibilidad social.
Está claro que las nuevas ministras y ministros tendrán una gran responsabilidad, lo que además se vinculará con un escrutinio social sin precedentes, derivado del método de elección.
Mtro. Harry Eduardo Cruz Burgoin*
*Secretario Instructor en el Poder Judicial de la Federación.