
No fue un infarto, fue el sistema
De protección financiera a promesa vacía: el colapso silencioso de los seguros de gastos médicos mayores.
El encarecimiento de las pólizas de seguros de gastos médicos mayores se ha vuelto una constante en los últimos años, llevando a muchas personas a abandonar la idea de contar con esta protección. Lo que antes era un respaldo esencial ante emergencias de salud, hoy se ha convertido en un lujo inalcanzable y, peor aún, en un servicio prácticamente inútil.
Las primas han aumentado de forma exponencial, mientras que la cobertura se ha reducido drásticamente. Cada vez son más las enfermedades, tratamientos y cirugías que han sido excluidos de los planes, y los gastos que sí se cubren suelen estar sujetos a deducibles y coaseguros cada vez más altos. En otras palabras, hoy se paga mucho más por recibir mucho menos.
Lo más grave, sin embargo, es la situación que enfrentan los adultos mayores. Justamente cuando más se necesita contar con un seguro de gastos médicos, las aseguradoras se lo niegan o lo ofrecen a precios completamente inaccesibles. A partir de los 60 años o incluso antes los costos se disparan, y muchas veces se imponen restricciones, tiempos de espera o condiciones que terminan por hacer inviable su contratación. El mensaje es claro: cuando más se necesita, menos probable es que se tenga.
Esta dinámica ha convertido a los seguros de gastos médicos mayores en una especie de trampa financiera: quienes pueden pagarlos apenas encuentran beneficios reales, y quienes verdaderamente los necesitan ya no pueden acceder a ellos. Las aseguradoras, por su parte, parecen estar más interesadas en proteger sus márgenes de ganancia que en cumplir con su razón de ser: brindar tranquilidad y respaldo en momentos críticos.
Así, la salud se vuelve un privilegio y no un derecho. En un país donde la atención médica pública también enfrenta retos enormes, dejar a millones de personas sin una opción real de cobertura privada es un problema serio que debe entrar en la agenda pública con urgencia.
Recomendaciones para elegir la mejor aseguradora y no caer en una póliza inútil:
1. Compara más allá del precio.
No te dejes llevar solo por la prima más baja. A veces lo barato sale muy caro si la cobertura es mínima. Revisa deducibles, coaseguros, exclusiones y topes de cobertura.
2. Consulta el Buró de Entidades Financieras.
La Condusef publica reportes sobre quejas, sanciones y calificaciones de las aseguradoras. Verifica el historial de la compañía antes de contratar.
3. Verifica la red hospitalaria.
Asegúrate de que incluya clínicas y hospitales de buena calidad en tu ciudad o región, y si tu médico de confianza está dentro de la red.
4. Pregunta por preexistencias y tiempos de espera.
Algunas aseguradoras no cubren enfermedades diagnosticadas antes de contratar. Otras imponen periodos largos antes de autorizar ciertos tratamientos.
5. Evalúa la atención a adultos mayores.
Si estás cerca o por arriba de los 60 años, pregunta claramente si hay límite de edad para contratar o renovar, y qué coberturas disminuyen al envejecer.
6. Busca asesoría profesional e independiente.
Consulta con agentes certificados que trabajen con varias aseguradoras, no solo con una. Así tendrás un panorama más amplio y objetivo.
Un seguro de gastos médicos mayores debería darte tranquilidad, no incertidumbre. Hoy más que nunca es fundamental informarte y ser crítico al momento de contratar. La salud no es negocio… pero para algunas aseguradoras, ya lo parece.